Es por esto que quienes se postulan como sucesores naturales de Claudia Sheinbaum, entre quienes destacan los propios dirigentes de Morena, el secretario de economía, la secretaria de gobernación, el titular de la Jucopo en el senado y el de la cámara de diputados federales, ya tienen a sus brigadas en marcha.
Cuando se los hicieron saber les comentaron que la afiliación de los “cuando menos” 10 millones de mexicanos era “parecido a un concurso de firmas”: entre más tengan su credencial en mano y estén en el sistema, más cerca podrían estar de una consideración hacia el 2030.
Es por ello que, al interior de la dirigencia de Morena, pusieron el estándar elevado: 5 millones no los afilia cualquiera, y si lo hacen es porque cuentan con la estructura suficientemente eficiente como para considerarse competitivo (o competitiva) rumbo a la sucesión.
El primer corte de afilados, de acuerdo a la información que se me proporciona, será en septiembre del próximo año. Ese día habrá una reunión privada donde todos los participantes del “concurso” de la credencialización presentarán sus avances y, a la par, medirán fuerzas y posibilidades.
¿En realidad habrá alguna o algún valiente que pueda reunir 5 millones de afiliados en medio sexenio? Hay varios y varias que dicen poder, y buscarán demostrarlo para acercarse a una eventual candidatura presidencial… claro, siempre y cuando la popularidad los respalde.
Veremos qué ocurre, y si de verdad ocurre.
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