El Partido Acción Nacional en Veracruz inició el registro de aspirantes a las 212 alcaldías en disputa en estas elecciones, en un panorama desalentador para el PAN, que podría caer al cuarto o quinto lugar como fuerza política en el estado.
Acción Nacional atraviesa uno de sus momentos más difíciles, con una estructura política resquebrajada, liderazgos debilitados y una pérdida de credibilidad que les impide competir con fuerza. Esto ha llevado a que muchos no busquen nominaciones en este proceso electoral, conscientes de que la ventaja está del lado del partido en el gobierno y sus aliados. Ante el abrumador poder de Morena en Veracruz, las posibilidades del PAN son mínimas.
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Como estrategia, el PAN busca imponer candidatos ciudadanos, la mayoría desconocidos, para ocupar las candidaturas, incluyendo la nominación del 50 % de ellas para mujeres. Todo un reto para el partido, que tradicionalmente encontraba su fortaleza en el centro del estado, con municipios como Veracruz y Boca del Río. Sin embargo, estos bastiones también han sido entregados a Morena, en lo que se percibe como un pacto nacional de impunidad con los Yunes.
El desprestigio de los Yunes en Veracruz y su imagen de traidores a México representan un alto costo político para el PAN, que deberá enfrentar las consecuencias en estas elecciones. Para el partido azul, cargar con la sombra de los Yunes es un lastre, pues su sometimiento al poder y su papel como aliados serviles de Morena han sido evidentes, aunque la gobernadora Rocío Nahle no los quiera cerca en Veracruz.
Por ello, en este proceso electoral, el PAN carece de expectativas claras y ni siquiera es considerado un competidor serio. Sin liderazgo, sin recursos y sin credibilidad, su futuro en Veracruz se vislumbra incierto y turbulento. |