Ambos siempre han sido aliados políticos y su cercanía es innegable. Su intención es clara: infiltrarse en Morena y obtener la alcaldía de Orizaba, apadrinados por los Yunes, quienes ahora se sienten dueños del partido tras la afiliación de Miguel Ángel Yunes Márquez. Esto representa una aberración política y un insulto a la inteligencia de los verdaderos morenistas, así como al liderazgo indiscutible de Rocío Nahle al frente del gobierno de Veracruz y del movimiento en el estado.
Para Hugo Chahín no ha sido fácil ganarse la aceptación de los empresarios de Orizaba y mucho menos la de la militancia de Morena. Lo ven como un hombre inexperto en la política veracruzana, impulsado únicamente por el actual alcalde y sus vínculos con la derecha extrema del PRI y el PAN.
Orizaba, una de las ciudades más desarrolladas del estado, representa una ambición para muchos que buscan llegar al poder. En esta ocasión, Hugo Chahín recurrió al apoyo de Miguel Ángel Yunes Márquez para intentar controlar Morena en la ciudad y ganar influencia sobre la cúpula empresarial, asegurando así su futuro político de cara a la próxima elección a gobernador.
El PRI, en voz de su dirigente Adolfo Ramírez Arana, ya había advertido que Hugo Chahín siempre perteneció a su grupo político, y ahora se confirma que está del lado de los Yunes. Su intención es clara: utilizar a Morena para fortalecer su estructura política y allanar el camino hacia el poder.
Sin embargo, la gobernadora Rocío Nahle no permitirá esta maniobra. Su exigencia de anular la afiliación de Miguel Ángel Yunes Márquez a Morena dejó claro que él no tiene ni los méritos ni los ideales del partido. Nahle sabe que los Yunes arrastran un pasado vinculado a escándalos de corrupción y denuncias legales, lo que ha deteriorado su credibilidad ante los veracruzanos y los deja en una posición endeble frente a su liderazgo.
Por cierto, en medio del debate nacional sobre la afiliación de los Yunes a Morena, Xóchitl Gálvez salió a criticar a Rocío Nahle. Sin embargo, la excandidata presidencial, desacreditada incluso dentro de su propio partido, solo intentó protagonizar un pleito en el que no tiene calidad moral para opinar. Al final, su intervención no hizo más que evidenciar su ridículo y el fracaso del PAN a nivel nacional.
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