Del total de gobernadoras morenistas que este 15 de septiembre encabezaron la ceremonia del Grito de Independencia, hay dos a las que la presidenta Sheinbaum guarda especial reconocimiento y cariño como amigas: Delfina Gómez y Rocío Nahle; además de Clara Brugada (quien estuvo en Palacio Nacional observándola).

Y es que además de ser prematuras contendientes a la candidatura rumbo al 2030 (pues aún falta mucho camino por recorrer), lideran estados de suma relevancia para el movimiento, tanto por el número de votantes como por la historia opositora que representaron (particularmente en los casos de Edomex y Veracruz). 

Por eso, para la presidenta Sheinbaum fue doblemente significativo observar (posterior a su Grito en Palacio Nacional), los videos de sus dos mandatarias consentidas liderando sus ceremonias, además de contar con la presencia de su sucesora en la CDMX.

Y aunque existe un acuerdo interno para negar cualquier aspiración presidencial (por lo mucho que falta y “dejar trabajar” a la presidenta), se sabe en Palacio que de las tres gobernadoras sólo dos cuentan con opciones hacia el 2030: Brugada y Nahle. 

Y si bien es cierto, fue el día de la presidenta Sheinbaum en toda la extensión de la frase, se dio tiempo para observar las ceremonias de sus gobernadoras predilectas, mientras planeaba las líneas generales de “la mañanera” siguiente. 

Histórico resultó, sin lugar a dudas, que tuvieran que pasar 214 ceremonias del Grito para que fuera la voz de una mujer la que se escuchara fuerte y claro, lanzar las arengas y los “vivas” desde el balcón presidencial… y la pretensión es que así ocurra durante un sexenio más.

Me hacen saber que después de la ceremonia por el grito en Palacio Nacional, la presidenta recibió la llamada de su predecesor en el cargo, quien no solamente la felicitó por el histórico momento, sino por la elección de las arengas lanzadas desde el balcón central, particularmente las que se refirieron a la defensa de la soberanía, a las heroínas anónimas y a los migrantes.

X: @aaguirre_g