De hecho, es la primera gobernadora en muchos años que sale de entre lo mejor que hay en Veracruz.
Claudia Sheinbaum afirmó hace unas horas que no se investiga a la gobernadora de Veracruz por el tema del huachicol fiscal, lo cual representa un aliento para los veracruzanos.
Es importante que se deslinde del tema, como no lo hicieron Mario Delgado y otros morenistas —particularmente de Tamaulipas— que hoy son senadores y diputados, y pertenecen a una estela de corrupción e impunidad.
No se puede entender una investigación sobre el huachicol sin que salgan a relucir las entrañas de la corrupción y la complicidad de varios morenistas tamaulipecos que actualmente ocupan cargos públicos, y cuyos vínculos llegan hasta el gobernador.
Fue durante la campaña a la gubernatura de Américo Villarreal cuando el caso de Sergio Carmona salpicó a muchos.
Algunos aún no logran explicar sus nexos con este exempresario y exlíder del huachicol.
En su momento, el exgobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, denunció los vínculos de los morenistas tamaulipecos con el huachicol, algo que trascendió al grado de que existen investigaciones abiertas en Estados Unidos, las cuales han puesto en entredicho el poder de dichos grupos.
Por tanto, si realmente se quiere combatir el huachicol, se debe actuar contra la corrupción de varios funcionarios públicos implicados en ese delito, algunos de los cuales incluso aspiran a nuevos cargos y pretenden suceder al propio Américo Villarreal.
Pronto daremos los nombres.
En Veracruz, algo sucede: los hechos violentos y las muertes a manos del crimen no cesan.
No son suficientes los operativos en el norte y sur del estado; la delincuencia sigue haciendo de las suyas y cobrando vidas.
Rocío Nahle, a pesar de los esfuerzos, necesita que sus colaboradores del gabinete de seguridad salgan y den la cara.
Hay un silencio que enmudece ante los índices delictivos, una parálisis que deja a la gobernadora la narrativa, y al gobierno federal la operación de la seguridad.
Creo que un mensaje más contundente del secretario de Gobierno, Ricardo Ahued, ayudaría mucho a la administración.
Sin embargo, se le ha notado alejado de la discusión pública y de la problemática real, algo que tiene un costo político sin duda alguna.
Rocío entregará nuevas patrullas y está invirtiendo en infraestructura para la seguridad, lo cual es muy positivo.
Pero la estrategia y la inteligencia policial recaen en mandos operativos que, evidentemente, están fallando, lo que complica la situación de la seguridad en el estado.
En otros temas, Rocío Nahle dijo estar dispuesta a someterse a la revocación de mandato y exhortó a que también los senadores lo hagan.
Desde luego, llevaba dedicatoria para quien solicitó su revocación: el senador Manuel Huerta.
Parece que el pleito sigue y se extenderá hasta el final de la administración.
A un año del gobierno de Claudia Sheinbaum, el país se mantiene estable, aunque su partido atraviesa una crisis de credibilidad por hechos de corrupción vinculados a funcionarios del gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Con un alto nivel de aprobación, la presidenta de México llega a su primer año con buenas expectativas en materia económica, de seguridad y desarrollo social.
Hay muchos retos para el país, pero de inicio, la administración va bien.
Y podría ir mejor si se deshace de los lastres que representan algunos políticos de su partido involucrados en escándalos, como el caso de Adán Augusto y varios gobernadores. |