Extra, extra… ¡Veracruz ya tiene el municipio 213!
Y es que aun cuando parece de guasa, las recientes revelaciones de que al menos gran parte de los integrantes de la administración Duartista poseen propiedades en el extranjero, obtenido con el puritito esfuerzo y con el sudor de su frente en este nuestro Veracruz que ya cambio, toman lógica si entendemos que su única intensión como buenos funcionarios fue devolverle a los mexicanos, y en especial a los veracruzanos, una entidad perdida en tiempos del famoso Antonio López de Santa Ana, quien por una serie de factores perdió el estado de Texas, por cierto el más grande de la hoy Unión Americana.
Y es que su altísimo grado de honradez esta fuera de duda, ellos, han trabajado tanto, pero tanto, que ahora vemos una entidad diferente, muy distinta, toda gracias a la inversión federal y a la que realiza la iniciativa privada, está última que no agradece en nada las gestiones de quienes aún afirman trabajar a favor de los casi ocho millones de veracruzanos, pues para que pudieran desarrollarse habría que entrarle con una cacherita –diezmo, que en ocasiones era de hasta el 50% o más de algún proyecto-, que permitiera recuperar el extenso territorio texano.
Y es que una, a una, se confirman, las versiones del saqueo descomunal de la entidad, la información recabada por el Observatorio de las Finanzas Públicas de la Universidad Veracruzana que encabeza el economista Hilario Barcelata, quien advierte que los pasivos o deuda pública estarían alcanzando cerca de 170 mil millones de pesos, suena abismal, y a la vez ofensivo.
Y es que basta recordar que abierta la “Caja de Pandora” de la corrupción en la entidad, y de acuerdo con la denuncia por enriquecimiento ilícito presentada por el gobernador electo Miguel Ángel Yunes, el aún titular del Ejecutivo poseería alrededor de 25 bienes inmuebles ilícitamente adquiridos a través de testaferros, con valor superior a 3 mil millones de pesos.
Los señalamientos alcanzaron a personajes como Moisés Mansur Cysneiros, socio de la Inmobiliaria Cartujano, ha construido algunos de los inmuebles y es señalado por el propio Yunes Linares como el prestanombres más importante de Duarte.
Habrá que recordar que Mansur Cysneiros, en su calidad de empresario, acompañó a Duarte a una gira a Río de Janeiro, Brasil, hasta donde se habla habría llegado la red de corrupción.
Pero estos veracruzanos distinguidos, tan honestos y preocupados por recuperar Texas a través de al menos un nuevo municipio, llevan a que al menos la relación de propietarios de los inmuebles tengan 13 propiedades en Woodlands, Texas, como es el caso de José Antonio Mansur Beltrán, delegado de la Secretaría de Economía.
A ello, habrá que integrar al recién renunciado Arturo Bermúdez a quien le contabilizan 19 propiedades, y por supuesto al secretario de Turismo, Harry Grappa que como buen veracruzano no busca quedarse atrás, y ponen en prenda su espada, y reconoce al menos una.
Y es cuando nos cuestionamos, ¿por qué nunca comprendimos las buenas intenciones de nuestros gobernantes?, si lo único que buscaban era recuperar Texas para México y Woodlands para Veracruz, como el municipio 213.
Suena a nimiedad la denuncia de enriquecimiento ilícito a la que exponen al gobernador electo al acusarlo de acumular 400 millones de pesos en propiedades cuando no logran comprobar ante la Auditoria Superior de la Federación (ASF) 54 mil millones de pesos.
¿Qué habrá pensado el titular de la ASF, Juan Manuel del Portal al tener en las mismas instalaciones dela PGR al mandatario Duarte?
Habrá pedido entreténgamelo tantito, tal vez, pues una, a una las acciones comienzan a caer cuales naipes del imperio que se habrían construido por la pérdida de una realidad social que lacera y lastima.
Pero no todo está perdido, así como un veracruzano dejó ir Texas, otro demostró que la honradez es posible desde la función pública, así viene bien recordar que siendo presidente de México, Adolfo Ruiz Cortines, se dio un hecho anecdótico que demuestra que aun las cosas se pueden salvar.
Cuentan quienes le conocieron que en el primer cumpleaños de su esposa, María Izaguirre, siendo ya presidente, le regalaron un auto último modelo, lo más desarrollado en tecnología de Cadillac de la época de los 50s del siglo pasado, ante el hecho el mandatario nacional comentó: hace muchos años que mi esposa cumple años y nunca se acordaron de ella hasta ahora que soy presidente, pueden llevárselo por que no puedo prometer nada a cambio de este regalo, así de simple, así de sencillo.
Se recuerda que fue austero en su sexenio y en su vida posterior, aun después de que a Miguel Alemán Valdés, se le institucionalizó el robo en el gobierno, al extremo de que en la revista “Life”, publicó un artículo titulado: “México fábrica de millonarios, generales y limosneros” en donde se mencionaba que el ex presidente también veracruzano se encontraba entre los 10 hombres más ricos del mundo, de aquella etapa de la historia; tras esa publicación la revista dejó de ser publicada en México por muchos años.
Una muestra más de ese servir a México, a Veracruz y a su pueblo quedó de manifiesto al día siguiente de anunciar su gabinete, el 2 de diciembre de 1952, el entonces presidente Ruiz Cortines ordenó publicar la lista completa de sus bienes personales: la cual ascendía a tener: una casa en la Ciudad de México; un rancho en Veracruz del que era copropietario; un automóvil marca Lincoln modelo 1948; el coche de su esposa; unos ahorros modestos en el banco y su mobiliario.
El valor total de sus propiedades ascendía a 34 mil dólares de la época.
De igual modo, Don Adolfo exigió a los 250 mil funcionarios públicos que hicieran sus declaraciones patrimoniales, mismas que se verificaron al inicio y al término del sexenio en 1958.
El presidente Ruíz Cortines (caso raro dentro del PRI) fue así, efectivamente, no favoreció a ninguno de sus amigos ni se hizo multimillonario cuando dejo la presidencia, vivió austeramente, inclusive durante su mandato.
Aún quedan personas con principios, aún queda mucho capital humano de donde echar mano en este Veracruz que ya cambio, esperemos, que tras este, gran cambio de conciencia social, de hartazgo y hastió, finalmente vengan tiempos mejores, pues dice la sabiduría popular que “cuando el río suena, es porque agua lleva” aun cuando para algunos funcionarios estatales su máxima conseja ha sido “miente, calumnia que algo quedará, que en una de esas alguna quedará.”
Al tiempo.
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