Con el informe de la Cuenta Pública 2015, viene peor, en febrero del 2017, está noticia realmente cimbrará a todo el país, no únicamente a Veracruz. Crecerá la deuda estatal a niveles inconcebibles.
Para completar el cuadro, las participaciones federales 2017, vienen a la baja, por dos lados, una por el recorté al gasto federal y el otro, por el castigo que impone la LCF, ya que Veracruz tiene un crecimiento de su economía de los peores en el país y somos el último lugar nacional en el coeficiente de crecimiento de recursos propios.
Con la presente colaboración cerramos el tema arriba enunciado, se ha puesto énfasis en la poca o nula preocupación de los gobernadores estatales de incrementar la competitividad de Veracruz en los últimos 70 años, con la finalidad de atraer inversiones privadas que generen fuentes de trabajo dignas. Claro, como siempre hay excepciones la del finado Agustín Acosta Lagunes. De tal manera, que cualquier turbulencia económica en el país, le pega de manera exagerada a los jarochos. Hay que recordar la crisis financiera de los años 1994-95 (efecto Tequila), cuando desaparecieron más de 100 mil empleos IMSS en nuestro estado, en parte es una de las razones fundamentales de la irritación social que se manifestó con la pérdida del tricolor de 107 alcaldía en las elecciones del año 1997, tardamos más de 10 años para recuperar lo perdido en el empleo IMSS, al país solo tres. Lo peor no fue por falta de recursos para implementar programas emergentes que fomentaran la ocupación, según dicen que el gobernador en turno, Patricio Chirinos Calero dejo en caja para el gobernador entrante, suficiente dinero como para construir una carretera de cuatro carriles de Tuxpan a Tampico. Justo es reconocer que hablar de este Gobernador, su signo fue la austeridad, pero fue también cuando se inició el éxodo de veracruzanos, que fueron arrojados fuera del estado más rico de México por falta de oportunidades.
En este tenor, también se dio pelos y señales que con Miguel Alemán Velasco, se incrementó la recaudación de impuestos y derechos, pero el recurso no sirvió para infraestructura, se dilapido en gasto corriente, el sobrino fue demasiado generoso con sus pares chilangos, se crearon dependencias paralelas a las existentes, con el propósito de acomodar a estos personajes que ganaban sueldos estratosféricos. Los egresos en inversión pública en 1990, eran del orden de un 28.6 por ciento, respecto al gasto total, para el año 2004, fin del sexenio de este Gobernador, significaron solo el 2.6 por ciento. No creció la pobreza, en razón a la pérdida de población, en el periodo 2000-2005, se expulsó del estado un promedio de 72 mil veracruzanos por año. Sin embargo, pareciera que no fue suficiente este ciclo gris. Con Fidel Herrera y Javier Duarte, llego la etapa más negra de la historia moderna de Veracruz, se inició el tiempo del desorden financiero y corrupción descomunal. El derroche de los recursos propios no fue suficiente, empezó la costumbre de gastar el dinero federal etiquetados para fines específicos, salud, educación, infraestructura para regiones marginadas, desayunos escolares, por citar los más importantes, y claro la Auditoria Superior de la Federación (ASF), desde la Cuenta Pública 2006, informó de los reintegros producto de los recursos empleados incorrectamente al erario federal. Con el último informe de la ASF que corresponde a la Cuenta Pública 2014, suma un total de 35 mil 421.7 millones de pesos de reintegros, ganado el primer lugar nacional como la peor entidad federativa por los montos observados, y según declaró el C. Juan M. Portal M. Auditor Superior de la Federación, la Cuenta Pública 2015, viene peor, en febrero del 2017, está noticia realmente cimbrará a todo el país, no únicamente a Veracruz. Crecerá la deuda estatal a niveles inconcebibles. Pero como se dice por ahí, aún hay más, los gobernadores de estos últimos doce años, vendieron nuestra tranquilidad, sus policías fueron parte del problema, no la solución. La percepción de inseguridad afecta al 85.1 de los ciudadanos en el año 2016. Con este resultado avanzamos del séptimo al cuarto lugar nacional, dentro de las entidades federativas más intimidantes del país. A los veracruzanos no les preocupa la pobreza o falta oportunidades de empleo, antepone antes que todo, el problema de inseguridad.
Las consecuencias de estos malos gobiernos están a la vista, somos la única entidad federativa que ha perdido 10 lugares en materia de bienestar para sus habitantes, del lugar 19 bajamos al 29, como siempre y hasta la fecha, Oaxaca, Chiapas y Guerrero, son los eternos coleros del país. El estado observa hoy, enormes rezagos en infraestructura, nuestras carreteras libres de cuota, son las peores del país, no se diga de instalaciones hospitalarias, educativas, riego, presas y demás. Realmente al actual Gobierno Estatal le queda poco margen de maniobra para incrementar la obra pública, habrá que hace malabares para pagar la deuda y nómina. Para completar el cuadro, las participaciones federales 2017, vienen a la baja, por dos lados, una por el recorté al gasto federal y el otro, por el castigo que impone la Ley de Coordinación Fiscal (LCF), ya que Veracruz tiene un crecimiento de su economía de los peores en el país y somos el último lugar nacional en el coeficiente de crecimiento de recursos propios. Esto está como para jalarse lo cabellos de preocupación.
|