Se siente ofendido y vendrá a limpiar su “honorabilidad” un personaje nodal, un protagonista de la recientemente funesta historia veracruzana en la que hemos sido ofendidos millones de veracruzanos. Él, el artífice de un período gubernamental devastador y dañino para la vida pública y privada de la entidad veracruzana y sus habitantes, responsable directo de su fugitivo sucesor y horroroso engendro político, depredadores ambos de la vida institucional y social, forjadores de la peor camarilla de funcionarios públicos de la que se tenga memoria por cínicos y corruptos.
También viene a hacer trabajo político “interno”, y dice también que no tiene de que arrepentirse. No, claramente quienes tienen de que arrepentirse son los veracruzanos que le dieron su voto al fidelduartismo y todos los que en lugar de unirnos como ahora, dispersamos las oportunidades de echarlos fuera antes de que hicieran más daño.
Su desvergüenza parece no tener límite, su verborrea tampoco; declaraciones, palabras a borbotones que derivan de la egolatría de un histrión de las cañerías partidarias del viejo-nuevo PRI, el mismo que en su lógica dinástica ahora también es verde. Las perlas de la desfachatez que en realidad encubren sus verdaderas intenciones, las oscuras pulsaciones que lo motivan a regresar, a huir antes de que lo capturen como su sucesor o a pactar su inmunidad desde lo más alto.
Ciertamente no está solo, no hay que menospreciar la fuerza de convocatoria que aún puede tener con sus testaferros, la complicidad comprada de sus adeptos, los que se sienten cómodos en ese juego de suciedad y desparpajo. La pregunta es hasta donde hay compromisos o pactos con el centro, hasta donde será cierto que con las venideras elecciones municipales se le pondrá nuevamente en circulación como operador político del PRI en Veracruz, donde el partido está sumido en la ignominia.
Y por qué no si el lodazal que dejó es su medio, él sabe moverse en ese ambiente, solo falta saber si la mayoría de los veracruzanos le permitiremos sobreponerse al desprestigio, si con todo el daño que nos ha hecho le solaparemos su cinismo y desvergüenza dejándolo moverse libremente en su “política interna”, comprando candidatos y pervirtiendo una vez más el futuro de nuestros municipios. Estemos alerta para que nunca vuelva a gozar del pinche poder en Veracruz.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
La alteración de medicamentos no es solo una falta administrativa mas, es antes que cualcosa un crimen que pudo llegar al asesinato.
mquim1962@hotmail.com
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