El Movimiento de los 400 pueblos durante años hizo escarnio de la figura de Miguel Ángel Yunes Linares y de Patricio Chirinos. A Yunes Linares lo atosigaron hasta la obsesión, lo persiguieron hasta el cansancio, lo terminaron agrediendo hasta poner en riesgo su integridad física. El servilismo de César del Ángel, su codicia y su amor al dinero es lo que finalmente lo empinó.
Ya siendo gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares, César del Ángel se prestó, no de gratis por cierto, a crearle un caos al electo en el Congreso del estado. Yunes Linares se hizo acompañar de Santiago Creel Miranda, una figura de la política nacional, exsecretario de Gobierno de Vicente Fox. A ellos también los acompañaba Ricardo Anaya, presidente del Partido Acción Nacional. Ávido de venganza y de dinero César del Ángel no midió las consecuencias. Con una torpeza que sólo se puede entender en alguien que deja que su mente criminal le domine, indujo a sus hordas de seguidores a agredir a los tres políticos. Las hordas desatadas actúan con imbecilidad, como perros con rabia se fueron sobre Yunes, Creel y Anaya; en ese momento pudo ocurrir una desgracia de consecuencias lamentables. Los proyectiles que lanzaron en contra de los vehículos de los tres políticos y de sus guardias de seguridad eran como para alguien muriera en ese lugar. En esa ocasión la comitiva panista de manera heroica protegió al gobernador electo, no sin que alguno de ellos resultara con alguna herida.
César del Ángel no se dio cuenta de que lo estaban utilizando como arma para que alguna tragedia ocurriera; César del Ángel fue el arma agresora, mientras los cobardes que le pagaron siguen de huida o son protegidos por el fuero.
Hoy César del Ángel está en prisión. El Fiscal del estado tiene bien sustentada la denuncia en su contra. César del Ángel, en la plenitud de su estulticia dijo que aunque perdiera la vida no iba a dejar que Yunes Linares llegara a ser gobernador. Pero no se atrevió. Antes bien corrió a esconderse. Con ello queda constancia de su cobardía.
A su edad, después de todos los delitos que cometió, la cárcel no será un castigo para él, después del mucho daño que hizo, la cárcel será su escondite, su refugio.
Amando Ortiz aortiz52@hotmail.com
|