Tiene razón Miguel Ángel Yunes. Estamos ciegos. La inseguridad es un mito, todo está en la percepción de los ciudadanos. No tenemos de qué preocuparnos.
Eso coincide con lo dicho hace poco más de un año, en diciembre del 2015, por el entonces delegado de la Secretaría de Gobernación, Amador Leal.
Cuestionado en aquel entonces sobre la incidencia delictiva en Veracruz, el funcionario federal dijo que había habido una disminución, por el abatimiento del narcotráfico, aunque admitió que quedaba la dispersión de algunos grupos delincuenciales que daban “la sensación de focos rojos en algunos puntos de la entidad”.
Según el Diagnóstico Integral 2016 realizado en el marco del Programa Nacional de Prevención de la Violencia y la Delincuencia (Pronapred), de la Secretaría de Gobernación, “la percepción de inseguridad y violencia se incrementó en los últimos años en Oaxaca, Veracruz, Sonora y Tamaulipas”.
Los delitos preponderantes, según ese documento, fueron el robo a casas-habitación y a mano armada; la venta de droga, la venta de productos pirata y la privación ilegal de la libertad, en todas sus modalidades.
El estudio menciona como uno de los problemas más graves, que la ciudadanía no confíe en los policías, porque no atienden sus quejas, llegan tarde al lugar de los hechos o no dan seguimiento a sus demandas. Perciben, además, que hay policías corruptos y que en los operativos, en lugar de confianza generan miedo.
Y como el problema es de “percepción”, los veracruzanos debemos poner nuestra parte.
No nos debe preocupar que a plena luz del día (cerca de las 2 de la tarde) en una de las zonas más pobladas de Xalapa (Plaza Crystal), haya sido asaltado a mano armada, un establecimiento de Coppel.
Ni el atraco con pistolas a una gasolinera ubicada rumbo a la comunidad de El Castillo.
Tampoco debemos sentir angustia al enterarnos de que la tarde de este mismo jueves, en la Plaza Crystal de Córdoba, fue ejecutado a tiros Norberto Echevarría Ortiz, alias “Beto Chango”, esposo de la alcaldesa de Tezonapa, Adanery Medina y dirigente de la CNPR del ingenio Motzorongo.
Debemos suponer que la desaparición del delegado de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), Martín Gelacio Castillo Calipa, es producto de la casualidad, y que no tiene nada que ver con la delincuencia.
Y que el cadáver encontrado en Tlapacoyan, o el otro cuerpo sin vida descubierto en San Rafael, son meras fatalidades, que no deben angustiar a los pobladores de esas zonas.
El hecho de que se hayan activado protocolos relativos a la Alerta de Género en 11 municipios, debe ser visto como un mero trámite, nada que deba quitarles el sueño a nuestras mujeres.
Todos estos sucesos “sin importancia, producto de la percepción” ocurrieron el mismo día, con diferencia de horas.
Debemos reconocer –eso sí- la valentía y el compromiso de los elementos que integran la Secretaría de Marina-Armada de México y la policía estatal, quienes lograron rescatar a siete personas que estaban secuestradas en una casa de seguridad en la colonia Xicotepec del municipio de Río Blanco, operativo en el que fueron asegurados dos vehículos con reporte de robo, así como dos armas largas y dos cortas. Lo más probable es que se trate de secuestros cometidos fuera de territorio veracruzano. Nada de qué preocuparnos.
También se lucieron al capturar a dos sujetos en Boca del Río (territorio del hijo de nuestro valiente gobernador), quienes pretendían huir tras fallar en su intento de asaltar una sucursal de Bancomer. Los delincuentes fueron tan torpes, que les ganó el nerviosismo y abandonaron la sucursal bancaria sin llevarse un solo centavo.
¡Torpeza la nuestra!
¿Cómo podemos cargarle a nuestro gobernador más dolores de cabeza?
Él ya hizo lo que le correspondía. Acudió a su amigo, Miguel Ángel Osorio, para que le mande más elementos de la Gendarmería.
Seguramente con eso conseguirá abatir, no la delincuencia, que esa no existe, sino la maldita percepción de inseguridad.
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Epílogo.
¡Vaya lío en el que se está metiendo el Fiscal Jorge Winkler! Si permite la salida del ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez, desde el Congreso local se pedirá su renuncia. Y si persiste en mantenerlo encerrado, a él y a la juez de control los sancionará el Poder Judicial Federal. Total, que va a quedar como el cohetero: Si queda bien le chiflan y si queda mal, también. *** Ha vuelto a tomar fuerza la propuesta de reducir de 500 a 400 el número de diputados federales, eliminando 100 de representación proporcional, además de eliminar a los 32 senadores electos bajo la misma figura. Dicen que esto obedece al creciente reclamo de austeridad y optimización del gasto público. El tema está en la agenda legislativa y de concretarse, pondría aún más reñidas las candidaturas a la Cámara Alta. Hoy tienen que ser dos fórmulas por partido, una compuesta por hombres, y otra por mujeres. De concretarse el recorte, sólo llegarán al Senado las dos fórmulas ganadoras, ya no habrá lugar para la primera minoría. *** Regina Vázquez, Marilda Rodríguez o Anabel Ponce. De ellas saldrá la secretaria general del PRI que habrá de acompañar a Renato Alarcón en la aventura del proceso municipal. ¿A quién le va?
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