La investigación de la Dra. Viridiana Ríos, de la Universidad de Harvard, señala que los criminales están acabando con la pequeña y mediana empresa por la extorción y secuestro, Veracruz en los primeros lugares de estos delitos.
Por fin se acepta la gravedad del problema: los criminales se posesionaron del territorio veracruzano asociados con las autoridades locales y la complacencia del Gobierno Federal desde hace doce años. En diferentes ocasiones se ha insistido desde hace un lustro, con base a las encuestas que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), sobre la opinión de los ciudadanos y empresarios veracruzanos en materia de percepción social de la seguridad pública y el desempeño de las autoridades en el periodo 2011-2016. En este segmento de tiempo, los resultados son absolutamente negativos, cada año se incrementó el sentimiento de inseguridad, para el año 2016, afectaba al 85.1 por ciento de la población mayor de 18 años. El mal como una sombra siniestra de apodero de Veracruz y logró quitar la esperanza del progreso, dos sexenios de ansiedad y desolación, peor imposible.
En este orden de ideas, con la recién visita del secretario de gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, el pasado 28 de febrero del año en curso, entre otras actividades encabezó la “Reunión de Seguridad Veracruz”, manifestando su preocupación sobre los altos grados de extorsión que sufren los veracruzanos, así como la alta prevalencia del delito de secuestro. Sobre la primera transgresión enumerada, agregaría que según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2016, estamos diez puntos arriba del promedio nacional. En lo referente al secuestro, conforme al informe del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) del año 2016, Veracruz contabilizo 163, ocupamos el segundo lugar nacional en términos absolutos y relativos (tasa por cada 100 mil habitantes), solo atrás del Estado de México (168). Lo preocupante de estos números, es que representan la punta del iceberg, la gran mayoría de este tipo de agresiones no se denuncian, muchas veces por temor a las propias autoridades. Bien lo dijo la organización “Internacional Crisis Group”: que publico su investigación el pasado 27 de febrero “Veracruz estado santuario del terror de México”, contabiliza puntalmente todas las atrocidades que padecemos, afirma que las desapariciones suman más de 20 mil, por doquier aparecen cementerios clandestinos. Aquí estaba garantizada la impunidad.
En este contexto, la actual administración del Gobierno del Estado por fin agarró el toro por los cuernos, acepta y toma providencias al respecto. Del otro lado, está el Gobierno Federal que también participa enviando la gendarmería, que en mi humilde opinión, esta decisión se deriva de las múltiples iniciativas y declaraciones que realiza Donald Trump, presidente de Estado Unidos (EU) en contra del país. Cierto en muchas cosas está equivocado este personaje controvertido, pero donde puso el dedo en la llaga, es por desprecio que tiene por nuestra clase política asociada con los criminales y dijo: si no pueden con ellos, envió tropas para ayudar a combatirlos. Otra de las razones, es por la avalancha de investigaciones internacionales citadas en la primera colaboración del tema en comento de parte de la academia y sociedad civil, entre las que destaca la citada en el párrafo anterior y la investigación de la Dra. Viridiana Ríos, de la Universidad de Harvard, misma que presento el documento denominado “El Impacto del crimen y violencia sobre diversos sectores de la economía en México”, en Washington DC., el 21 de enero 2016, Centro Wilson, con la presencia, entre otros, del embajador en aquel entonces de México en EU, Miguel E. Basáñez, subrayando: los criminales están acabando con la pequeña y mediana empresa, servicios profesionales de todo tipo y comercio en menudeo, precisamente por el flagelo de los delitos de la extorción y secuestro. Se está pagando doble tributación, por un lado a los tres órdenes de gobierno, y en la otra mano, a los delincuentes.
Que se entienda, Veracruz está retrocediendo en competitividad y en consecuencia deja de ser un polo de atracción de inversión privada por los azote de los hombres malos (así se refiere Donald Trump). Bienvenida la gendarmería federal, lejos de los intereses de partido y preferencias electorales, debe prevalecer el bien de Veracruz, las primeras acciones corresponderá a limpiar de malos elementos la policía municipal y del estado. Somos el primer lugar nacional en número de policías en activo que han reprobado el examen de confianza en el SNSP. |