La alternancia continua, aunque el cambio esperado y prometido no llega, aunque sobresalen algunos intentos.
EN POLÍTICA, EL ORDEN DE LOS FACTORES SI ALTERA…
Pensar antes de declarar. Hacer lo que se dice, actuar siempre conforme a las leyes. Comprobar en los hechos que se cumple con el deber de informar antes, durante y después de la toma de decisiones.
No prometer hacerlo, como graciosa concesión o generoso consentimiento, estipulado para el después, cuando ya se obtuvo autorización de discrecionalidad, voluntarismo y hasta “cheque en blanco”, para hacer y deshacer.
Como la patética salida, de incorporar como transitorio, al mismo dictamen días antes rechazado, para de inmediato autorizarlo, con el ofrecimiento o concesión de la autoridad, el ofrecimiento de que se va a cumplir con un deber que, hasta la fecha, no se cumple o se hace a medias, en forma desactualizada, incompleta, complicada o, de plano, negada: el deber de la transparencia y acceso a la información. ¿Poder legislativo independiente, que no cumple ni hace cumplir las leyes que aprueba?
Sobran razones y experiencias, pérdidas y padecimientos.
Recuérdese que el jugoso negocio de la deuda pública, lo pagan generaciones, para beneficio de unos cuantos: bancos (sobre todo privados); intermediarios y consultores; gestores oficiales; y cómplices encubiertos. ¿Oportunidad de voracidad?
Insistir. ¿En dónde están los miles de millones de pesos desaparecidos y saqueados, que fueron reestructurados y presupuestados? ¿Y sus responsables y culpables?
Algunos ya prófugos potenciales, “enfuerados” que respaldaron y aprobaron la nueva reestructuración.
En todo caso, probado y comprobado, que la opacidad es causa central, de ineficiencia y delincuencia dentro y fuera de los gobiernos.
Además, siempre conveniente y oportuno prevenir y evaluar esfuerzos y acciones gubernamentales, para identificar logros y avances, si los hay, consolidarlos y fortalecerlos; y también señalar errores, abusos, omisiones y trabajos mal hechos o peor planeados, para evitarlos, detenerlos o corregirlos. Grave repetir vicios, persistir en equivocaciones y aumentar daños.
Pertinente preguntarnos, ¿cómo vamos? ¿Igual, mejor o peor?
Comprobar y justificar en los hechos, con indicadores e informaciones objetivas y confiables. No dar margen al discurso sensacionalista o placebo, de pretextos y reiteradas promesas, sobre objetivos y metas a alcanzar.
Notorio, que prevalece el decir sobre el hacer.
Frente a una realidad que empeora, los hechos comprueban que los anunciados logros y avances no llegan; y que lo que se dice no es lo que se hace. Los resultados, hasta hoy, no acreditan muchas afirmaciones y declaraciones oficiales.
En Veracruz crecen pobreza, hambre, inseguridad, desempleo, informalidad, inflación y pérdida de capacidad de compra. ¿Más evidencias de la alternancia de la opacidad gubernamental?
De ahí la importancia de fortalecer y exigir, el regateado y conculcado derecho ciudadano y social de verdadera y puntual, transparencia y acceso a la información.
Aprender que a la insipiente democracia que se vive, le hace falta más oposición y le sobra injustificada imposición y simulación; requiere de más participación social y de menos autoritarismo gubernamental; y le urge más responsabilidad y efectividad, para desterrar corrupción e impunidad.
*AcademicoIIESESUV@RafaelAriasH.Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez |