Mientras, en Finanzas y otras dependencias estatales, ya hay responsables y denunciables; siguen licuadora, aspiradora y otros depredadores enseres doméstico-administrativos, del desorden y opacidad aprovechables para unos cuantos; y en la cámara de diputados de Veracruz, ¿prevalecen teoría y práctica de más de lo mismo?
Hay que insistir e intentar. ¿Qué capacidad y posibilidad de cambio efectivo hay, en hacer y no solo en decir? Cambiar, no para que todo siga igual, ni para simular lo que no se hace.
Interminables lecciones no aprendidas, consecuencias padecidas e intenciones repetidas.
Salvo excepciones, en muchas formas, demasiados diputados siguen contribuyendo y respaldando el creciente daño que causa una irresponsable y convenenciera actitud. Confunden iniciativa con definitiva, corrección con abyección, discusión con aceptación, pero no fuero con orden de aprehensión ¿De desastre a tragedia?
Histórico y comprobable. Es inocultable, repetido y padecido, que desde hace cuando menos 18 años, el presupuesto como ley y “la carabina de Ambrosio”, son lo mismo. Ni seguimiento, ni control presupuestal. Ni evaluación ni rectificación.
En contra de lo estipulado se gasta de más y crecen déficits cada año. Lo peor se convierte en descarada costumbre.
Curioso y contradictorio. Imparable gastar y endeudar, aunque los obligados a informar, sigan sin determinar, ni difundir, cuál es el total-total de deuda pública estatal. Ni a dónde pararon miles de millones de pesos desaparecidos. ¿Alternancia de la opacidad?
¿Aumenta costosa burocracia y sus gastos? ¿Más dependencias y comisiones oficiales, que supuestamente vigilan o controlan a otras y a otras, con nulos o mínimos resultados?
Excepciones aparte, los integrantes del llamado poder legislativo, en su mayoría (porque se requiere), obedientes y disciplinados autorizan aumentar gasto y deuda, sin evaluar ni controlar y denunciar a responsables. ¿Continuidad de la impunidad?
Cuento de nunca acabar de ineptitud, mediocridad y corrupción. Total la única solución encontrada y practicada, sigue siendo impuesta: que paguen los que vienen.
Así, el problema se recicla y agrava. LA ETERNA DEUDA NUESTRA DE CADA DÍA….
Por lo pronto, la Legislatura del Estado tendrá que asumir su responsabilidad y decidir sobre el cuestionado tema de reestructuración de la deuda pública. Tema que para los 21 créditos considerados, se divide en bancario, y de valores. Cuyo tratamiento y gestión tiene, en cada caso, características propias a considerar.
Más allá de la importancia y precisión de cifras y conceptos, por esta ocasión, permítaseme destacar en lo general, cuatro aspectos que, cuando menos, deben tenerse presentes:
1.-LEGALIDAD. Contar con claro sustento, desde el plano constitucional federal y local, hasta la legislación financiera correspondiente y del sistema nacional anticorrupción. Garantizar y exigir lo relativo a transparencia, acceso a información oficial, rendición de cuentas, fiscalización y evaluación social. Y la postura explícita del gobierno federal, al respecto.
2.-TRANSPARENCIA. Tener presente que se trata de iniciativa, no de dogma ni de imposición autoritaria. Por tanto, es imprescindible garantizar libertades y derechos ciudadanos y sociales para ejercer libre expresión y participación; y, desde luego, respeto al Poder Legislativo para el ejercicio de sus atribuciones.
Inadmisible descalificación, terrorismo informativo, manipulación y opacidad oficiales, venga de quien venga.
3.-CONSISTENCIA, ALCANCES Y PROPÓSITOS CLAROS. Dispocición pública de información, análisis y estudios actualizados, que fundamenten, tanto opiniones a favor como en contra, para determinar y fijar límites, condiciones, objetivos y metas, así como formas mínimas de seguimiento y control, fiscalización y evaluación públicas. Ante condiciones de desastre y de emergencia, claridad en la responsabilidad otorgada o asumida. Nada de “cheque en blanco”, cualquier costo, e impreciso destino.
4.-DESARROLLO Y BIENESTAR SOCIAL PRIORITARIOS. Evitar, más de mal en peor, con crecientes limitaciones, sacrificios y pérdidas para presentes y futuras generaciones.
Desde luego que hay que atender y resolver cuestiones financieras, desastres y consecuencias ocasionadas.
Para ello, es imprescindible replantear, discutir y analizar alternativas; abrir y fortalecer diálogo y debates públicos, con mayor participación social; y sobre todo, no dejarse imponer la única solución, de los supuestos “expertos en finanzas” que no saben otra, que gastar y endeudar más.
Tampoco dejarse llevar por sensacionalismo informativo, ni por terrorismo comunicativo, típicos de exageración y manipulación oficial; útiles, a quienes acostumbran alarmar, crear pánico, pavor y desasosiego social, con intención de imponer respuestas, soluciones favorables y ventajosas, al gran negocio de siempre: al de sus propios intereses personales y de grupo; y/o al de instituciones financieras o bancarias.
Hay que poner mucha atención a gobernantes responsables y funcionarios a cargo.
Sin excepción, exigir transparencia, seguimiento, control, rendición de cuentas puntual. Verdadera evaluación gubernamental y social, permanentes. Así como previsión y planeación indispensables.
Es más, dada la importancia y lo determinante que son administración y finanzas, en todo ámbito gubernamental; y sobre todo, para no repetir el desmedido desastre, en el que se dejó al gobierno estatal. Hay que insistir que antes que nada, transparencia para que se señalen y asuman plena y oportunamente las responsabilidades al respecto. Incluso para consolidar o fortalecer los pocos logros y avances.
Por lo pronto, al término de la entrega recepción del nuevo gobierno, ya hay responsables, culpables y prófugos potenciales.
¿Qué hacer frente a emergencia financiera, hasta hoy conocida solo por unos cuantos, pero padecida por todos?
Emergencia, cuyos alcances van mucho más allá del obligado y prioritario pago de sueldos y servicios imprescindibles, para mover el aparato gubernamental.
De las contadas contribuciones a la búsqueda y encuentro de soluciones, destaca la del grupo legislativo MORENA, que propone considerar la situación, incorporando otros aspectos que permitan la atención integral y en su justa dimensión, de dicha emergencia financiera, que es más compleja y de mayor alcance temporal, institucional y social, que el indiscutible problema de liquidez inmediata. “…el problema de la entidad no se reduce solamente a la reestructura de la deuda”. (Alcalor político.160217, Imagen.130217)
Hoy y siempre. Los veracruzanos deben ser prioridad.
*AcademicoIIESESUV@RafaelAriasH.Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez |