Es evidente que gobernar Veracruz es mucho más que mandatar en un municipio, donde las dimensiones del problema se ven muchísimo más focalizadas, por desgracia, el único que lo comprende despacha como titular del Ejecutivo, pues los demás provienen de esa nueva clase política identificada más con el proyecto boqueño y evidentemente no terminan de comprender o dimensionar el grado de responsabilidad sobre la que están parados.
El mejor ejemplo de que la crisis de inseguridad es cada vez más seria y grave se impone en Xalapa, en donde en menos de una semana los secuestros, los asaltos, los levantones se incrementaron.
Un baleado en el primer cuadro de la ciudad, a cuadra y media del mismo Palacio de Gobierno, exhibe la incapacidad de un secretario de Seguridad Pública que simplemente se está viendo rebasado ante tales hechos.
Ejecutados en colonias de la periferia, refieren a la guerra entre bandas y grupos criminales, pero también a ese vació que está provocando la llegada de delincuentes de todas partes ante el evidente desorden que muestra el liderazgo policial.
Mientras el rumor sobre la supuesta renuncia de Jaime Téllez Marie corría en los corrillos políticos, la conclusión del mes dejaba un saldo de terror pues tan solo en 4 meses suman 527 ejecutados, habiendo cada seis horas una ejecución violenta en el estado y la región de las altas montañas registra 121 ejecuciones, es decir, el 23% del total en el estado, según publica el Diario Noreste a través de una infografía donde puntualiza la crisis que se enfrenta.
Aun cuando la autoridad estatal, ha negado reiteradamente la salida del titular de la Secretaría de Seguridad Pública se rumora que en la dependencia personal allegado al funcionario comienza a lucir una tensa calma, que avecina su inminente salida.
Más recientemente en Xalapa, dos hechos prenden los focos rojos, y nos hacen de inmediato reflexionar sobre el futuro que deberá emprender la capital y bajo el liderazgo de quien, de cara al proceso electoral del próximo 4 de junio.
El secuestro de al menos 4 personas del interior de un conocido Antro de Xalapa, denominado El Marshall, hasta donde un comando habría llegado para sustraerlos, ante el mirar atónito de los parroquianos que degustaban de un rato de esparcimiento, el cual terminó la madrugada del sábado con la muerte de uno y la detención de al menos dos de los secuestradores, gracias a la intervención inmediata de elemento de la Procuraduría General de la República (PGR) quienes debieron intervenir enviados desde la ciudad de México exprofeso ante la incapacidad de los elementos ministeriales, los cuales se rumora estarían infiltrados por el mismo grupo criminal y a los que no se les avisó para precisamente evitar que se dieran a la fuga.
La más reciente se dio en pleno domingo familiar en la zona más exclusiva de Xalapa, el fraccionamiento Monte Magno fue escenario de una persecución, y una refriega que dejó como saldo de 4 sujetos detenidos, quienes habrían sido reportados al 911 en inmediaciones de Torre Ánimas, hasta donde se les apersonó una patrulla lo que provocó que se iniciará una persecución por calles de los fraccionamientos de la zona, para terminar en un camellón frente a la Plaza Monte Magno, donde se habría dado el enfrentamiento y la detención de los delincuentes.
La inseguridad se convierte en tema trascendente que deberá ser bien analizado por el electorado en Xalapa, una ciudad, en donde su población no se quiere acostumbrar a esta crisis de terror que ahuyenta cualquier tipo de inversión, que trastoca el orden social, y que provoca zozobra entre las familias.
Por ello dentro de ese grupo de personas que habrán de encabezar los proyectos de los institutos políticos e incluso los independientes se deberán tener presente que en el tema que hoy demanda la capital, no se deberá escoger a un improvisado, sino a un conocedor del tema, y no para implantar en la capital la ley marcial, sino para que con conocimiento e inteligencia se le gane a la delincuencia.
De los Velasco, de los Ferráez, de los Rodríguez, de los Luna, solo uno apellida Montano y ese es sabido que si a algo le sabe es a la seguridad, ya será el electorado quien decida, ojalá decida bien, pues no la capital no aguanta más una crisis como la que se vive por tener a la delincuencia desatada.
Al tiempo.
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