La noche del 5 de septiembre del año pasado, cerca de las 22:00 horas, en un retén policiaco ubicado en la salida de Xalapa, rumbo a Veracruz, fueron detenidas las seis camionetas que integraban el convoy en el que viajaba Miguel Ángel Yunes Linares, para ese entonces gobernador electo.
El operativo fue ostentoso, pues fueron movilizadas múltiples patrullas, tanto de Seguridad Pública estatal como de la Fuerza Civil.
Estando detenidos e identificados, los encargados del retén recibieron una orden por radio: “¡Revísenlos, a todos!”.
El propio Yunes Linares, quien viajaba con su familia en el convoy, bajó de la camioneta y convenció a los elementos policiacos de que la pretensión de catearlos era absurda. Al final luego de varios minutos de discusión, lo dejaron seguir su viaje.
No había sido esa la única experiencia desagradable de la familia Yunes con los retenes.
Tres meses antes, el día de la elección, domingo 5 de junio, el senador panista Fernando Yunes Márquez (uno de los hijos del actual gobernador) fue interceptado por elementos de Seguridad Publica en la carretera federal, casi llegando a Coatzacoalcos.
El senador denunció a través de Periscope que "de forma arbitraria" los policías detuvieron su vehículo cuando regresaba de acompañar a un candidato a diputado. Sin embargo, el gobernador Javier Duarte respondió en su cuenta de Twitter que el detenido no fue el senador, sino que su vehículo era el que estaba sujeto a revisión en un retén de rutina y que él se negaba a que lo revisaran.
Más tarde, la Secretaría de Seguridad Pública explicó que “el legislador federal fue ubicado en un retén de Coatzacoalcos como parte del programa permanente de seguridad en la región. Cuando le pidieron que abriera unas maletas que traía en el interior de su camioneta, Yunes Márquez se negó”.
El 5 de diciembre, cuando no había pasado ni una semana de que Yunes Linares asumió el cargo de gobernador (casualmente se cumplían tres meses del “incidente” en el retén de Xalapa) el nuevo secretario de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marié ordenó que fueran retirados todos los retenes policiacos.
Otros tres meses después, el 3 de febrero, Arturo Bermúdez Zurita, quien era titular de Seguridad Pública cuando los retenes detuvieron a miembros de la familia Yunes, fue detenido por elementos de la Policía Ministerial cuando realizaba diligencias en juzgados de Pacho Viejo.
Los que lo conocen bien, aseguran que Miguel Ángel Yunes Linares no deja pasar un agravio, por pequeño que parezca.
De hecho todos los duartistas hoy detenidos, en algún momento fueron protagonistas de conflictos personales, en muchos de los casos con los hijos del gobernador, los que –afirma más de uno- tienen una extraordinaria influencia en las decisiones de su padre.
La desatinada detención de Flavino Ríos tendría su origen en la confrontación que vivió con Miguel Ángel Yunes Márquez, alcalde de Boca del Río, quien encabezó la toma de Palacio de Gobierno y de la Casa Veracruz, durante el breve período en el que gobernó Ríos Alvarado.
Francisco Valencia “se ganó” la cárcel cuando logró reventar, en un primer intento, la alianza PAN-PRD, al postularse por el partido del Sol Azteca como aspirante a la gubernatura.
Cuentan que el brazo vengador de la familia Yunes alcanzará a un pariente, Eduardo Vega Yunes, más conocido como “El Tato”, quien también fue titular de la Comisión de Agua del Estado de Veracruz, como su suegro, Francisco Valencia.
“Tato” Vega es hijo de Norma Yunes Linares, hermana mayor del hoy gobernador de Veracruz. Durante la campaña esta parte de la familia brindó su respaldo al primo hermano, Héctor Yunes Landa, agravio que no se olvida.
Este fin de semana, Miguel Ángel Yunes Linares anunció la entrada de la Policía Militar a la entidad y el reforzamiento de los operativos, a la vez que fustigaba a los que “cantan derrota”, quienes –dijo- “verán frustrados sus objetivos”.
La primera medida adoptada por la Policía Militar fue, casualmente, montar retenes en entradas y salidas de las principales ciudades del centro de Veracruz, lo que dejó en evidencia que la medida adoptada por el aún secretario de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marié aquel 5 de diciembre fue, además de torpe, apresurada.
Al anunciar y agradecer una nueva ayuda de las fuerzas federales (la ratificación de la presencia de la Marina en Veracruz-Boca del Río, el fortalecimiento de la presencia militar en Pánuco y en Coatzacoalcos, la llegada de la Gendarmería a Córdoba y Xalapa, han sido los apoyos que ha recibido el gobernador de Veracruz en estos casi 5 meses) Yunes Linares no dejó pasar la oportunidad y volvió a echarle la culpa de sus males a los que se fueron:
“Hemos logrado algunos avances que se pierden en un escenario donde la delincuencia organizada siembra terror con las ejecuciones entre quienes forman parte de estas bandas. Lo hacemos corriendo todos los riesgos, enfrentado todo lo que tenemos que enfrentar, incluso la incomprensión, dedicando muchas horas, todos los días a cumplir el compromiso de rescatar a Veracruz del desastre al que lo llevaron doce años de corrupción y desorden”.
El gobernador de Veracruz debe tener presente que “trabajar mucho” no significa “trabajar bien”. Menos horas de gabinete y más inteligencia quizá le rinda mejores resultados.
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Epílogo.
El senador José Yunes Zorrilla estuvo este fin de semana en Carlos A. Carrillo, para poner en marcha la construcción del camino Puente San Cristóbal a Manzanillo, que constará de 21 kilómetros y requirió, en su primera etapa, de una inversión de 14 millones de pesos, recursos gestionados por el legislador peroteño. Ahí, ante pobladores y productores cañeros, Yunes Zorrilla señaló: “Hoy nos damos cuenta de que no es sólo con palabras como se superan situaciones tan graves y delicadas como la de la inseguridad, la falta de infraestructura, la falta de empleo y la crisis que acompaña a nuestra actividad productiva. No es con palabras incendiarias, no es con señalamientos, no es con medias verdades como se crea progreso y se construye futuro. El futuro lo construimos todos con trabajo serio, con trabajo responsable. Con acciones, y no con palabras”. *** Y apenas unas horas después de que Yunes Linares anunciara la incorporación de la Policía Militar, la inseguridad volvía a estallar en el centro de Veracruz. Una balacera se registró en la colonia San Cayetano, de Córdoba cerca de las 8 de la noche del sábado. Cuando llegaron las patrullas de Seguridad Pública y la Fuerza Civil lograron capturar a uno de los participantes en la refriega y se encontraron con una persona fallecida. *** En la misma ciudad, este domingo fue asesinada una persona en la colonia Aguillón Guzmán, cuando se encontraba en su domicilio, en la avenida 31 entre las calles 23 y 25. Cuatro sujetos (entre ellos una mujer) a bordo de un auto, llegaron hasta ese sitio. Uno de ellos le disparó cinco veces, aunque sólo acertó dos, que sin embargo fueron suficientes para cortarle la vida. *** También el domingo, sólo que en Coatzacoalcos, dos mujeres y un hombre fueron asesinados a balazos, en la calle Cándido Aguilar, colonia Adolfo López Mateos. En esa misma zona fueron ejecutadas otras cinco personas hace unas semanas. *** Se equivoca el gobernador. Los ciudadanos xalapeños no tienen temor de caminar por el parque Juárez a cualquier hora. Temen hacerlo por colonias como la Progreso, la Revolución, la Rafael Lucio, Campo de Tiro y muchas otras en las que los vecinos no recuerdan cuándo fue la última vez que pasó una patrulla policiaca. Ya va siendo hora de que alguien haga su trabajo.
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