Existe una desilusión de los electores que votaron por la alternancia, el cambio no funcionó, sigue reinando la delincuencia. Continúa la desconfianza ciudadana en la efectividad de la policía estatal para junio 2017.
La mayoría de los analistas y organizaciones empresariales del ámbito nacional, ubican a la corrupción como el principal obstáculo del país para su desarrollo. Pues bien, esta afirmación también encaja perfectamente para nuestro estado de Veracruz. Cierto, todas y cada una de las miles de encuestas de opinión en los hogares y empresas que levanta el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) a partir del año 2011 a la fecha, la población de 18 años y más, responde que su fundamental preocupación en la inseguridad. Entre media docena de encuestas de INEGI del tema en comento, destaca la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2011-2016, la cual no ilustra sobre el ascenso del miedo de los veracruzanos ante la presencia de la delincuencia. En el año 2011, afectaba al 65.1 por ciento del segmento de población antes mencionado, para el 2016, alcanzó el 85.1 por ciento. Más de cuatro ciudadanos veracruzanos, de cada cinco vivían con la perturbación de ser perjudicado por el hampa. El 2017, pinta peor.
El avance fue exponencial, ante la indiferencia y complicidad de los tres órdenes de gobierno. Por esta razón, no fue sorpresa la afirmación del señor Secretario de Seguridad Pública Estatal realizada en su reciente comparecencia ante el H. Congreso del Estado el pasado 20 de junio, señalando que el origen de la violencia que padecemos los veracruzanos, deriva de los acuerdos con el crimen organizado de los dos últimos ex mandatarios del gobierno del estado. A lo largo y ancho de nuestro territorio, la escoria de la sociedad y sus acciones gozaron de total impunidad, utilizando el pánico y convertirla más dócil para la extorción y el secuestro, entre otros delitos. Como afirmó el señor Jaime Téllez Marie: los cuerpos policiacos fueron contaminados. La corrupción presente, no basto disponer de los recursos públicos estatales y federales, también vendieron nuestra tranquilidad.
Lo penoso de esta situación, es que de acuerdo con INEGI, las encuestas antes mencionadas fueron diseñadas para realizar estimaciones de la incidencia delictiva que afecta a los hogares y negocios. Sus objetivos publicados en el Diario Oficial de la Federación, afirman que son para conocer el desempeño de las autoridades en la materia. La finalidad es cubrir parte de las necesidades de información de estas instituciones, a efecto de que los datos vertidos en los cuestionarios fueran de valor en las políticas públicas. Su principal meta es la toma de decisiones del gobierno federal, estatal y municipal en materia de seguridad, pero al parecer hasta la fecha no hay una voluntad política de mejorar esta realidad, la pesadilla sigue.
Esta afirmación se sustenta en Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), la cual solamente contempla las ciudades de Veracruz y Coatzacoalcos, pero en mi humilde opinión sus alcances son representativos para todo el estado. Los resultados de la ENSU para el mes de junio del 2017, son una vergüenza, solo el tres por ciento de los ciudadanos del puerto de Veracruz opinan que la policía estatal en muy efectiva, el 42 por ciento algo efectiva, el 39 por ciento poco efectiva y el 16 por ciento nada efectiva. Esto quiere decir que los jarochos reprueban en su amplia mayoría a los elementos de SSE en un 97 por ciento. Para Coatzacoalcos mejora un poco la situación, la opinión positiva es del orden del 9 por ciento, el resto de los ciudadanos la reprueban. Por lo tanto existe una desilusión de los electores que votaron por la alternancia, el cambio no funcionó, se olvidan que el crimen también está afectando las actividades productivas del estado, las cuales son las reproductoras de empleo. Las cifras oficiales no mientes, al cierre del pasado mes de junio se contabiliza una pérdida empleo IMSS del orden de 9 mil 598 plazas, respecto al mes de noviembre 2016, fecha del cierre de la administración de Duarte. Vamos de reversa y en bajada, no hay signos de mejora. |