Con los excedentes petroleros en los tiempos de Fox y Calderón, la mayoría de las entidades federativas bajaron recursos federales para invertirlos en infraestructura, menos Veracruz. La ineptitud y corrupción de nuestros gobernantes presente.
Triste, pero el proceso de planeación en Veracruz ha sido letra muerta, y sigue vigente esta aseveración, es lamentable que Sefiplan y demás secretarias relacionadas con la infraestructura continúan con el mismo esquema del pasado, la improvisación.
Durante el mes de septiembre del año 2006, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) organizo un taller, con el objetivo de seleccionar más 770 acciones de infraestructura. Se eligieron 109, cuya característica fue que por cada peso del presupuesto público-privado, se obtuviera el mayor rendimiento desde el punto de vista económico y social. Posteriormente fue entregado los resultados al futuro presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Felipe Calderón Hinojosa (1º. de diciembre de 2006-30 de noviembre 2012), con la finalidad de integrarlo al Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, que como él mismo declaró en una entrevista televisiva, tomo posesión “haiga sido como haiga sido”. En dicho taller se resaltó la importancia de la infraestructura, como una de las vías más eficientes para lograr el incremento de la competitividad de un país, en razón a sus repercusiones en el precio de traslado de mercancías y personas, en los costos de producción y de los energéticos en hogares y negocios, además del bienestar directo en la salud y educación de los habitantes. Las obras propuestas abarcaban un amplio abanico de inversiones pertenecientes a los sectores de energía, transporte, puertos, agua, turismo, desarrollo urbano y prevención de desastres, por citar los más importantes conceptos. Sin embargo para sorpresa de muchos, las primeras 10 obras prioritarias del país, se ubicaban en el estado de Veracruz, por supuesto que se seleccionaron obras de CFE, Pemex, ferrocarril, puertos, carreteras y agua. Conclusión, invertir en Veracruz es altamente redituable para el desarrollo económico de México. Todas las inversiones del altiplano no servirán de nada en pocos años, por la escasez de agua, contaminación y problemas de transporte, por citar los más importantes inconvenientes de ciudad de México y su región conurbada.
En este tenor, consiente de la importancia de la obra pública, el Presidente Vicente Fox, realizó una reforma a Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria publicada en el Diario Oficial de la Federación el 30 de marzo de 2006. Entre las enmiendas incluidas, destaca la que autoriza a la Cámara de Diputados para contemplar erogaciones destinadas a proyectos de inversión en infraestructura que abarquen más de un ejercicio fiscal. Lisa y llanamente estamos hablando de presupuestos plurianuales en la fracción IV del artículo 74 constitucional, que brindará mayor certidumbre a la inversión pública, al contar con asignaciones de gasto garantizadas durante la vida del proyecto de infraestructura respectivo, lo que además reducirá los costos de los proyectos en beneficio de las finanzas públicas. Dicho lo anterior, los presupuestos multianuales permiten que las autoridades de los tres niveles de gobierno implementen un sistema de inversión fundamentado en la planeación, análisis de los proyectos, programación, presupuestación, ejecución y seguimiento de proyectos que rebasan el periodo fiscal anual. Con estas reformas y el buen precio del petróleo, la mayoría de las entidades federativas presentaron sus proyectos, entre los que destaca Tabasco, Campeche, Yucatán, Puebla y Tlaxcala, por citar los estados que muchos veracruzanos envidiamos por sus carreteras de cuatro carriles libres. Como siempre, en el periodo 2000-2016, los veracruzanos fuimos testigos del progreso de nuestros vecinos, todo por ineficientes y corruptos de nuestros gobernantes estatales. Se le ha apostado al negocio de las carreteras de cuota.
Además Tabasco presento su Plan Hídrico Integral (PHIT), donde participan más de 20 instituciones federales, bajo un reglamento y seguimiento de las actividades, dando por resultado una inversión de cerca de 10 mil millones de pesos para mitigar los efectos de las inundaciones. En Veracruz el resultado en de cero, ni un metro lineal de muros de protección para Agua Dulce, Minatitlán, Tlacotalpan, Boca del Río, Veracruz y Poza Rica, entre otras. No se diga de estructuras de control y bordos en los ríos, adecuación de carreteras y puentes, reforestación, nuevos centros de población y presas. Seguimos con el problema para mitigar las secuelas de las tormentas y huracanes, preferimos estregar despensas que invertir en proyectos que autorice la federación. Es más barato prevenir que remediar, se evitarían fotos ridículas entregando alimentos con el agua en las rodillas, son una vergüenza.
Triste, pero el proceso de planeación en Veracruz ha sido letra muerta, y sigue vigente esta aseveración, es lamentable que Sefiplan y demás secretarias relacionadas con la infraestructura continúan con el mismo esquema del pasado, la improvisación. No ha cambiado nada, Veracruz condenado al atraso eterno, a pesar de todos sus atributos.
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