Me atrevo a decir que el Índice de Competitividad Estatal IMCO 2018, con cifras que correspondes al año 2016, nos ubicará muy cerca del último lugar, por el derrumbe en todos los indicadores económicos y sociales. Peor imposible, para el estado más rico del país.
Brevemente recordare la pasada colaboración sobre el tema: la corrupción (I) y su impacto en la competitividad para la atracción de inversión público-privada, donde se comentó una investigación que presenta la pérdida de 6 lugares del país, para ubicarlo en el lugar 45 dentro de las 63 economía más importantes del mundo, realizada por el Instituto Internacional para el Desarrollo Gerencial (IMD) de Suiza. La caída se debió principalmente a la corrupción de los tres órdenes de gobierno. A este estudio agregaría los resultados del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) publicado el pasado 26 de noviembre, denominado “Índice de Competitividad Estatal 2016” (ICE), que está compuesto por 100 indicadores, categorizados en 10 subíndices, colocando al estado de Veracruz en el año 2014, en el número 28 de la tabla general, solo arriba de Michoacán (29), Chiapas (30), Oaxaca (31) y Guerrero (32). Retrocedimos 7 puestos respecto al ranking 2012, ocupando el segundo lugar nacional en perdida de posiciones. El primer lugar fue California Norte (8), con la salvedad que esta entidad federativa es afectada por la tremenda escases de agua, tanto para las actividades productivas, como para los hogares. En cambio, nuestro estado el salto para atrás se debió principalmente a los subíndices de Gobierno, Derecho y Economía.
En este tenor, respecto subíndice de Gobierno, los veracruzanos en el 2016, expresaron su descontento por el ineficiente y corrupto gobierno estatal que padecimos en los últimos 6 años. Se ha tratado de explicar en las pasadas colaboraciones sobre el tema en comento, la pandilla de ladrones que nos gobernaron afectaron los cimientos de desarrollo local: recaudación propia en picada inexplicable (los cobros de impuestos y derechos en términos reales corresponde al año 2008), caída en el gasto en infraestructura, sufrimos las peores carreteras del país, rezago en instalaciones hospitalarias, educativas y productivas y el exponencial crecimiento de la deuda pública, entre los factores más importantes. Sin embargo el IMCO no toma en cuenta el “Índice de Desempeño del Gasto Federalizado por Entidad Federativa”, que construyo la Auditoria Superior de la Federación (ASF), para la Cuenta Pública 2013, donde ocupamos el lugar 30. Pero en la Cuenta Pública 2014, nos ubicaron en el lugar 32. Somos lo peor de lo peor, se desviaron recursos federalizados etiquetados para salud, educación, infraestructura para las regiones más atrasadas del estado del orden de un 47.4 por ciento. Por cada peso federal en aportaciones, casi el 50 por ciento no llego a su destino, ante la complacencia y autorización de la Cámara de Diputados y la Contraloría. Los rezagos en educación, salud y desarrollo social tienen nombre y apellido, los funcionarios estatales responsables de esta canallada.
Respecto al subíndice de Derecho, según IMCO es el tiene el objetivo de medir el entorno de seguridad pública y jurídica de los habitantes de los estados. Lógico la calidad de vida de los ciudadanos depende de la actuación de las autoridades encargadas de la prevención y eliminación de riesgos de las personas y su patrimonio, las libertades, el orden y la paz pública. Sobre este factor no hay mucho que agregar de lo que se expuestos en anteriores colaboraciones, la presencia del crimen organizado estuvo y está presente con total impunidad en todo el territorio veracruzano. La corrupción presente y los costos de los delitos siempre al alza. Dentro de este capítulo también destaca la seguridad jurídica que es determinante para la llegada de nuevas inversiones, pues el Poder Judicial en Veracruz no presenta en el periodo referido síntomas de mejora, según IMCO el cumplimiento de contratos, siguen muy tardados y por lo mismo caros de cumplir.
Donde más destaca la ineptitud de la burocracia estatal es en la promoción del crecimiento económico, el Producto Interno Bruto Estatal (PIBE) per cápita es negativo desde el año 2013 al 2016, el sector más afectado y el más importante es el industrial, ante la total indiferencia de nuestros gobernantes, siempre más preocupados por lo electoral respecto a lo social. Continuar saqueando las arcas públicas es su prioridad. A manera de conclusión, me atrevo a decir que el Índice de Competitividad Estatal IMCO 2018, con cifras que correspondes al año 2016, nos ubicará muy cerca del último lugar, por el derrumbe en todos los indicadores económicos y sociales. Peor imposible, para el estado más rico del país. |
