9 de octubre del 2017
HECHOS:
Este 9 de octubre, siendo aproximadamente las 18:00 horas, oficiales de la Secretaría de Seguridad Pública y Fuerza Civil, desalojaron violentamente a pobladores originarios de las comunidades de Ojite Matamoros, Oriente Mediodía, Comalteco y Arenal, en los municipios de Espinal y Coxquihui, al norte de Veracruz, quienes bloqueaban la carretera para exigir atención y certeza médica ante el brote de una enfermedad aguda supuestamente respiratoria (…) En el desalojo fueron golpeados y detenidos arbitrariamente el agente municipal de la comunidad de Oriente Mediodía, José Luis Martínez López, Leonerdo González Soto, Herubei García Hernández e Irvis García Hernández, así como también cuatro mujeres más de las cuales no se tienen datos precisos (…) Los pobladores fueron sometidos a golpes y subidos a patrullad de la Fuerza Civil hasta las 11:59 pm del 9 de octubre no habían sido presentados a ningún Ministerio Público [Estaban en calidad de desaparecidos] (…) Posteriormente los policías armados ingresaron a los domicilios de los pobladores para intimidarlos y anunciaron que dejarían sin luz la comunidad (…) Temen la posibilidad de otra agresión (…) A las 22:00 horas hubo notificaciones en las comunidades de Comalteco y Ojite de Matamoros de detonaciones de armas de fuego”.
Las peticiones de los habitantes de estas comunidades, es:
“Por lo anteriormente narrado, la Red Unidos por los Derechos Humanos hace el más enérgico llamado a las autoridades mexicanas en todos los niveles, especialmente al Gobierno del Estado de Veracruz así como también a la Fiscalía General de Justicia de Veracruz para que, con fundamento a los artículos 1, 8, 14, 16 y 20 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, realicen las acciones necesarias en el ámbito de su competencia, tendientes a brindar libertad a las personas detenidas arbitrariamente, así como la más alta protección a la integridad física y psicológica, tanto de los detenidos como de las comunidades afectadas, así como a la Secretaría de Salud para brindar la atención demandada por la gravedad de este brote epidémico que pone en riesgo a los menores de la región”
Dos niños al día de hoy es la estadística. Dos niños que enfermaron de manera extraña a causa de un mal patológico y que hasta el momento las autoridades de Salud en el estado, no han logrado determinar la causa. 12 niños más están internados aún en hospitales de Veracruz y Puebla y sin precisar la sintomatología del caso en cuestión. Unos galenos dicen que es dengue hemorrágico, otros, una bacteria leptospirosis humana. No se ponen de acuerdo.
Antecedentes del suceso
Con la finalidad de ser escuchados, atrevidos –para el gobernador del estado- y esperanzados, tomaron la carretera y se pararon con pancartas en mano demandando que Yunes Linares los atendiera. Pero el ejecutivo anda muy ocupado dando “banderazos” por doquier. El ejecutivo no tiene tiempo para nimiedades cuando está totalmente concentrado en adelantar las campañas políticas con miras al 2018. Gobernar a perpetuidad para gozar de los beneficios que otorgar el poder.
No le interesa que el pueblo se hunda, que el pueblo llore a sus muertos y desaparecidos, que el pueblo muera de hambre. Lo importante se está atendiendo, lo importante es convertir el estado en una plaza familiar. No es prioritario. Solo se trata de la vida de unos “chiquillos” la que está en juego. Sólo son pequeños de padres indígenas y por lo tanto no merecen vivir con dignidad y decoro.
Mientras tantos los padres de los menores que son alumnos del preescolar María Montessori, están aterrados de que sus hijos tengan el mismo fin que los tres pequeños que murieron por causas desconocidas. Alarmados argumentan que dicho padecimiento solo lo tienen los niños de ese plantel educativo. Su solicitud es genuina y argumentan no tener vínculos partidistas como se ha esforzado decir el ejecutivo estatal. Piden que en verdad se concentren en detener esta epidemia y que no mueran más niños por ésta causa.
Pero infortunado gobierno. El gobernante en turno, Miguel Ángel Yunes Linares como respuesta a los padres, familiares y pobladores en general ordena liberen el bloqueo, pues argumenta que afectan la “economía” del estado. Manda el garrote, golpea a niños, mujeres y hombres, sin distingo alguno.
Yunes Linares en vez de mandar brigadas médicas, manda una más eficiente para él, compuesta por la Fuerza Civil y elementos de la Secretaría de Seguridad Pública. Acepta haber dado la orden y sus “pelafustanes” la llevaron a cabo al dedillo. Golpearon, detuvieron, pisotearon y amedrentaron con balas al aire a los pobladores en el momento del desbloqueo y más tarde al interior de sus viviendas. El respeto a las comunidades indígenas evidentemente no es su prioridad. El respeto a la vida humana tampoco, mucho menos a salvaguardar la vida de los niños que están muriendo a causa de una epidemia que su dependencia no ha podido controlar.
“Ayer yo ordené el desalojo y que se procese a las personas que bloquearon; es una decisión que yo asumí”, dijo tajantemente el gobernador del estado a un medio radiofónico, quien se atribuye totalmente los actos de violencia que ejecuta a diestra y siniestra por el estado.
El bloqueo para el señor gobernador es tomado como una intolerancia. Aunque la suya está de manifiesto y lastime; aunque la suya saque dolor y sangre; aunque la suya pisoteé los derechos humanos y el bienestar y la dignidad de las comunidades.
El bloqueo económico le pesa más, le duele más, le enferma más que el ver morir a un niño a causa de una enfermedad extraña. Por ello, utiliza a la policía –seres que también tratada indignamente- para que canalice sus frustraciones en contra de quien les pagan su salario; en contra de quien, le permite llevar un poco de comida a su familia.
El oprimido, el ciudadano, ese mismo que les mata el hambre desde el ejecutivo estatal, hasta el intendente que diariamente recibe una miserable paga por trabajar ocho horas arduamente. El oprimido que le permite darse la vida de un rey, de traer hasta cuatro camionetas blindadas –por temer la inseguridad a la que tiene sumergida la entidad-, que le permite comer los mejores manjares y tomar los vinos más caros del mundo. Esos oprimidos, que le brindan a sus nietos la posibilidad de nacer en hospitales privados lujosos y no es un miserable IMSS o ISSSTE. El oprimido que les permite ir a escuelas de primer nivel, mientras que muchos niños toman clases en aulas construidas de hule y tierra.
En Veracruz no hay tiempo para nadie, solo para los privilegiados. En Veracruz no hay dinero para salud, ni para educación, ni para seguridad, ni para absolutamente nadie, solo para quienes despachan en zonas de confort, en oficinas lujosas y gastan el dinero del erario público en viáticos personales pese a ganar onerosos sueldos. Si te quejas, te devuelvo tu crítica o tus demandas a palos, para que entiendan quién tiene el poder en la actualidad.
¿Ven alguna diferencia entre el gobierno de Fidel, Javier y Miguel?. Siguen los mismos vicios, los mismos policías corruptos, las mismas estrategias políticas, la misma omisión y la misma violencia ciudadana y laboral por parte de misóginos y cobardes servidores privados porque de públicos no tienen ni un gramo.
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