Según el CONEVAL, Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, en términos reales en dicho periodo se observó un crecimiento promedio anual del ingreso por habitante de 0.2%. Sin duda, una de las principales causas de empobrecimiento que, hasta en el mundo señalan a México, como ejemplo a no seguir.
Injusta situación que preocupa a muchos, menos a quienes gobiernan. Sobre todo por pérdida de fuentes de trabajo, creciente desempleo e informalidad y la difícil situación en general.
Por tanto, ¿de cuánto debe ser el incremento salarial?
“Un alza al salario mínimo general (SMG) de 15 a 20 por ciento para 2018 es posible y no afectaría las variables macroeconómicas como la inflación, “lo que además daría oportunidad a que se recupere el poder adquisitivo de los trabajadores formales, por primera vez en cinco décadas”, aseguró el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos Walter.”( Dineroenimagen.Excelsior.291017)
Frente al sacrificio impuesto, a quienes tienen, junto con sus familias, que aguantar todo y pagar consecuencias.
¿Qué se va a hacer? Con finanzas públicas sometidas al pernicioso principio de gastar más y endeudar más; así como enriquecerse y beneficiar a los bancos, con más endeudamientos y reestructuraciones de deuda pública.
Solo para citar uno de los innumerables reclamos de trabajadores de Universidades Públicas, presentados pero no atendidos hasta hoy. Desde el pasado mes de mayo de este año, la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios (CONTU), expresó el rechazo, “a la política de topes salariales que para 2017 se fijó en un incremento salarial de 3.08%, que contrasta con una inflación anualizada de 5.82% y con el incremento de 9.58% al salario mínimo autorizado.”
El año próximo, se seguirá con el mismo ridículo, insuficiente y ofensivo incremento salarial. Téngase presente que, hasta este mes de octubre la inflación es de 6.5 % y la no-subyacente de casi 12%, y no se espera se reduzcan significativamente en 2018.
Así que, ¿cómo piensan reparar el daño, ya pagado financiado y padecido este año? ¿Sobrellevándolo en su zona de confort y nadando de a “muertito”?
OBTENER EL PODER, PARA BENEFICIARSE.
Por lo pronto, en todo el país, es notorio en los resultados, en los hechos comprobables a diario, que quienes gobiernan no pueden con el presente y, en buena medida, se justifican, distraen y entretienen con el pasado, a base del uso y abuso del ajusticiamiento selectivo y convenenciero; y, desde luego, del recurrente espectáculo mediático, la distracción popular y el entretenimiento público, de villanos favoritos sometidos por superhéroes gobernando.
Indiscutible. Se debe combatir y erradicar ineficiencia, corrupción y delincuencia gubernamental del pasado; pero sobre todo, empezando por el presente.
Y sigue la función. Los carniceros de hoy, serán…
Por acá, entre otros importantes aspectos, se agravan inseguridad, crisis de finanzas públicas y de la economía local; son evidentes debilitamiento institucional y retrocesos en desarrollo y bienestar social. Contra lo prometido, Veracruz es más pobre y hambriento, y sigue sin ser recuperado.
Notoria la creciente opacidad, que impide conocer y atender bien, a tiempo y con eficiencia, la apremiante realidad,
Para muestra un botón, del montón. “De acuerdo con las estadísticas sobre transparencia y acceso a la información en México, en trabajo denominado "Documentos y análisis estadísticas 2017" y emitido por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el estado de Veracruz es el peor calificado en lo tocante a la entrega a destiempo de solicitudes de información pública…” (Alcalorpolítico. 261017)
Opacidad convenenciera y hasta auto perjudicial, porque incluso, los contados esfuerzos, restauraciones y logros no son conocidos, ni valorados, ya que simplemente no son debidamente transparentados e informados.
Obligado insistir, que muchas preguntas siguen sin responderse:
¿De qué tamaño es el daño recibido y cuál es ya, el acumulado? ¿A cuánto asciende el total-total de deuda pública estatal y municipal? ¿Dónde están los miles de millones de pesos presupuestados y desaparecidos? ¿Los resultados de la entrega recepción? ¿Cuántos despedidos y cuántos nuevos contratados van? ¿Incrementos en ingresos presupuestales? ¿Renovar o autorizar más concesiones y privatizaciones, para beneficiar a quienes? ¿Cuál es el costo de la reestructuración de la deuda?
A la falta de transparencia y acceso a la información, hay que agregar la notoria lentitud e incapacidad, improvisación y superficialidades oficiales, respecto a muchos otros temas centrales.
Errores y pérdidas, paralizaciones y retrocesos, que sobresalen, provocan y alientan justificadas y crecientes inconformidades y protestas sociales.
A la incapacidad, hay que agregar la inocultable actitud de simular y sobrellevar la compleja y difícil situación, abundante en víctimas y sacrificados.
Injustificado e inaceptable, constatar que se obtiene el poder para no poder, mientras aumentan necesidades básicas y problemas sociales. Inadmisible que demasiados, a cargo de las instituciones, sobrevivan en su zona de confort, caracterizada por descomunales ingresos y prestaciones, “nadando de a muertito”, sabiendo incluso del enorme reto y el poco tiempo del que dispone el gobierno actual.
Al desastre heredado y todavía no precisado, ni cuantificado, inocultablemente se agrega lo acumulado por los actuales presuntos responsables. A propósito de atrocidades:
¿Por qué se ignora y excluye, o de plano se desobedece al Poder Legislativo del Estado, en innumerables asuntos que son de su incumbencia y atribución constitucional?
Autoritarismo y discrecionalidad, causan debilitamiento y crisis institucional; se extienden a otros importantes aspectos de administración y finanzas públicas; de economía y su crecimiento; del bienestar y desarrollo social de millones y millones de veracruzanos.
¿Plan Veracruzano de desenrollo?
*AcademicoIIESESUV @RafaelAriasH. Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH
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