Concreta y directamente, a la creciente y asfixiante ineficiencia y delincuencia gubernamental, que ha transformado a instituciones y dependencias oficiales, antes consideradas como parte importante de la solución o remedio, en verdaderos obstáculos o problemas, parciales o totales, que crecen y se complican en todos los ámbitos federal, estatal y municipal. Problema que ha trascendido fronteras y nos ha convertido en el mundo, como el ejemplo a no seguir.
Las principales causas o razones, se tienen identificadas. Se sabe quiénes son y deben ser los primeros en cumplir y hacer cumplir la ley, pero no lo hacen. A pesar de que juran y protestan hacerlo; y por encima de que, en sus simuladores actos y discursos oficiales, prometen y repiten ser ejemplo de congruencia y deber cumplido, la verdad es que simulan y hacen como que hacen, hasta convertirse en la enfermedad o parte de ella.
Ante esta situación imposible comportarse como si no pasara nada; y fingir que lo que sucede no tiene trascendencia y repercusiones sociales presentes y futuras.
No se puede ignorar ni minimizar más, que debe ser regla general, sin excepciones, no aceptar ni sostener autoritarismo y discrecionalidad; no encubrir ni tolerar a quienes gobiernan, electos o nombrados, caracterizados por violar las normas vigentes y convertir las leyes en letra muerta, o simplemente en buena intención.
Hay desinterés o se permite u omite. Hoy y aquí, se comete el error, lo demás son consecuencias.
De ahí que, ante el fundado temor y evidencias, de que continúe la tradición oficial de desinformar, engañar y confundir, haciendo como que se cumple con el deber de transparentar y rendir cuentas, bien y a tiempo; en realidad se sigue, sin participación ni evaluación social, porque predomina opacidad y simulación, entretenimiento y distracción popular, distorsión y manipulación mediática.
Ante la posibilidad de insistir y repetir, la padecida y costosa, forma delictiva de promoción y el fantasmagórico contenido del informe oficial, para el ciudadano común y la sociedad en general, es siempre oportuno preguntar y preguntarse: ¿ y ahora que se debe hacer, ignorar y hacer como que no pasa nada?
Lo que sucede no es nuevo ni único en Veracruz, aunque la exageración de la promoción si lo es. En todo caso, es indiscutible que la gravedad de la problemática exige atención.
Lamentable y costoso, desatender y no reconocer que tanto el problema del desgobierno, como el avance de corrupción e impunidad, crecen y se fortalecen, ya que a muchos gobernantes, desde Presidente de la República, gobernadores estatales y presidentes municipales, hasta responsables de supuestos órganos autónomos y poderes independientes, no se les obliga siempre, sin excepción a cumplir y hacer cumplir la ley.
A propósito, analícese y júzguese. Lo establece la máxima expresión normativa del Estado de Derecho del país: la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 134.
“La propaganda, bajo cualquier modalidad de comunicación social, que difundan como tales, los poderes públicos, los órganos autónomos, las dependencias y entidades de la administración pública y cualquier otro ente de los tres órdenes de gobierno, deberá tener carácter institucional y fines informativos, educativos o de orientación social. En ningún caso esta propaganda incluirá nombres, imágenes, voces o símbolos que impliquen promoción personalizada de cualquier servidor público”.
Urge poner atención, a estos aspectos del comportamiento de los gobernantes, como a otros de reconocida relevancia. Muchas otras leyes violan o no cumplen. El colmo se sigue sin transparentar gastos de comunicación y publicidad oficial.
Inaceptable adoptar y adaptar corrupción e impunidad, como formas habituales de conducta y hasta supuesto ejemplo a seguir, de quienes están a cargo temporalmente de representación y poder público.
VILLANOS Y SUPERHEROES DE LA AUTOPROMOCIÓN.
Obligatorio enterarse y poner atención a una de las pocas formas de rendición de cuentas, el informe de gobierno anual. Hay que ver que dicen que hicieron, a que costo y quienes resultaron beneficiados. Enterarse, verificar y analizar; de ninguna manera aceptar de antemano o rechazar y negar en automático.
Preciso identificar errores para corregirlos, responsabilidades y culpabilidades para denunciarlas y sancionarlas. Y también reconocer esfuerzo y trabajo realizado, al señalar aciertos, porque pocos, pero los hay y cuesta mucho obtenerlos.
Informe de gobierno. Forma deformada, hasta convertirla en penoso y costoso ritual, conocido como el “besa manos”; ritual en el que el gobernante es transformado en super héroe, felicitado y reconocido por mucho de lo que no ha hecho; justificado (en exceso) por todo lo mal hecho y lo pendiente por hacer; y, desde luego, exonerado de antemano por pérdidas y fracasos, por uso y abuso de patrimonio y recursos, así como de las atribuciones de las instituciones a su cargo.
Forma deformada hasta la simulación sistematizada, sin mayor consecuencia que cumplir con enviar un documento y al equipo de presuntos responsables a comparecer, en un patético interrogatorio repleto de preguntas intrascendentes, de falta de respuestas actualizadas y confiables, de verdades a medias y mentiras verdaderas. Eso sí, protestando “decir la verdad”.
Tiempo de entretenimiento y distractores populares, de manipulación y creación de villanos favoritos y superhéroes de la autopromoción, con cargo al presupuesto.
Tiempo de insistir y preguntar. ¿De qué tamaño es el daño recibido y cuál es ya, el acumulado? ¿A cuánto asciende el total-total de deuda pública estatal y municipal? ¿Dónde están los miles de millones de pesos presupuestados y desaparecidos? ¿Y los resultados de la entrega recepción? ¿Cuántos despedidos y cuántos nuevos contratados van? ¿Renovar o autorizar más concesiones y privatizaciones, para beneficiar a quienes? ¿Cuál es el costo de la reestructuración de la deuda? ¿Por qué los descomunales y ofensivos súper sueldos, prestaciones y beneficios, a funcionarios?
*AcademicoIIESESUV
@RafaelAriasH.
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