Dinosaurios, Fidelistas, Duartistas, la Corriente Crítica, hectoristas, los sectores obrero, campesino y popular plagados de rémoras y operadores inservibles; asociaciones políticas patito que sirven para maldita la cosa, los corruptos del pasado en primera línea y esa minoría pepista nonata arrollada por el aparato.
Esa cargada que encripta al elegido y le resta capacidad de movilización y decisión; los sabelotodo buenos para nada; los eternos priistas que dicen tener el control de las masas cuando en realidad no controlan ni a la mascota de su casa.
Las gandayas de la política que se apropian del trabajo de los demás; los muertos que resucitan en cada elección; el ejército de encargados y coordinadores que terminan ordeñando sobres.
Los que hicieron fila, pero nunca los dejaron llegar y terminan votando en contra; los sectores productivos –empresarios, comerciantes, industriales- desdeñados por la nomenclatura; los líderes de barrio, colonias, pueblos y ciudades engañabobos, los mapaches que dicen saber operar pero el día de la elección desaparecen.
Los seccionales cuyos electores cobran hasta 3 mil pesos por su voto el día de la jornada comicial; los agentes municipales priistas que se transan el dinero, láminas, Rotoplas, despensas, playeras y gorras destinadas por el candidato al infelizaje.
El tráfico de maletas millonarias, el reparto anticipado de cargos públicos y la violación a toda ley electoral.
Esa es a grandes rasgos la radiografía del PRI que irá en busca de la gubernatura en algún momento perdida por el efecto Javier Duarte que capitalizó un audaz que prometió el oro y solo entregó espejitos.
Es el PRI, el PRI de los perdedores que tras la llegada de Américo Zúñiga no sueltan ni la oficina de intendencia. El PRI que habrá de representar a un candidato sin mácula de deshonestidad en la jornada electoral del primero de julio.
Y ni modo, la marca mata.
A menos que en una reingeniería urgente entre la operación escoba y empiece la real remoción del cuadro directivo que llegó desde la época de Chirinos y que no hay Dios que los remueva.
Hay que decirle adiós a las “Reinis” que solo sirven para la foto… bueno también para otras cosas; mandar a cuidar a los nietos a las juventudes priistas que no quieren abandonar el barco hace dos décadas; quitarle el dinero a la dama que nunca ha rendido cuentas; a la señora de la Secretaría de Cultura, Ernestina Hernández a quien solo se ve el día que parten la rosca de Reyes, esa es su atrevida aportación a la cultura.
Y qué decir de la dama de apellido Zepahua, una Secretaria General que llega por recomendación de Jorge Carvallo. ¿En dónde queda el hijo del dirigente de los 400 Pueblos?, Marco Antonio del Ángel, responsable de prensa
Pero aún hay más.
La que atiende el tema partidista de los adultos mayores, doña Jovita, que llegó por aquellos años en que don Plutarco Elías Calles fundó el PNR, hoy PRI. Esa distinguida abuelita tal vez podría quedarse a cuidar el ruinoso edificio de Ruiz Cortínes que solo refleja decadencia, derrota.
Y es que en el repaso nadie la libra.
Todos y todas expertas en la selfies. Todos y todas incapaces de trabajar a ras de piso ¿qué es eso? Todos y todas dispuestas a pelear a muerte antes que renunciar a los 30 y 50 mil que reciben mensualmente del partidazo sin horario y sin compromiso, solo dándose una vueltecita de cuando en vez.
Pero además sin que la nueva dirigencia muestre mayor interés por darle nueva vida a tan desacreditado partido y mucho menos respiración boca a boca ¡guácala!
La tolerancia a la permanencia de los enviados de los otrora poderosos no solo es clara, sino que además se ratifica con la llegada del enviado de Flavino Ríos, un tal Ceferino Tejeda cuyo arribo como “Secretario de Elecciones” solo confirma que en el PRI revolcaron a la gata, al más puro gatopardismo.
Ello de cara al efecto Peje.
Morena crece a nivel nacional y la vaca de Cuitláhuac será el favorecido… y no le falta mucho: del segundo al primer lugar solo es un paso. Su campaña la personalizará Andrés Manuel López Obrador.
Pero si no fuera así, como segundo al bate se encuentra quien es el primero en gobierno. Entre migueles te veas.
Sin miramientos, sin compasión; con billetes a raudales; con el OPLE comprado; con los alcaldes advertidos; con un trabajo político electoral, ya como gobierno, que cumple 13 meses, mismos en donde no ha incumplido la entrega de despensas a los pueblos más apartados (son un chingo de votos), y con el gobernador muy cuereado, muy curtido y que, si no cimbra a México, al menos lo hará en Veracruz entregando la gubernatura a su chiquillo del mismo nombre.
Esa es la realidad del PRI, un PRI que vive momentos cruciales en donde el adversario no tendrá compasión para destruirlo. De hecho, ya está listo con el ventilador y el excremento. Todo es cuestión de tiempo.
Tiempo al tiempo.
*El autor es Premio Nacional de Periodismo |