La adhesión a la “causa” de Morena de la senadora ahora ex panista Gabriela Cuevas, hasta hace unos pocos días furibunda infamadora de la izquierda y del lopezobradorismo, revela la nula dignidad de ese movimiento, de su líder y de una gran cantidad de sus seguidores, que como “solovinos” –como el mismo López Obrador los llamó una vez- le “mueven la colita” a quien en 2006, en los tiempos del desafuero foxista, pagó la fianza de Andrés Manuel para evitar que éste se victimizara yendo preso. Como en otros casos, los “pejetrolls” balbucean pendejadas para intentar justificar las incongruencias propias y ajenas.
Lo que al parecer no saben los “legionarios de Pejecristo” es que Gabriela Cuevas lo único que quiere es una diputación plurinominal, pues para que continúe presidiendo la Unión Interparlamentaria hasta 2020, cuando concluye su periodo, tiene como condición seguir siendo legisladora, lo cual no le garantizaron en el PAN. A cambio, se pondrá de lado de Morena en la Ciudad de México…donde de por sí ese partido ya tiene ganada la elección presidencial y la gubernatura.
Si este caso es de suyo patético, la otra “perla morena” del fin de semana es todavía peor. Desde el estado de Veracruz, Andrés Manuel López Obrador dio la “bienvenida” al ex futbolista Cuauhtémoc Blanco, quien actualmente es presidente municipal de Cuernavaca y ha convertido esa ciudad en un muladar, en todos los sentidos, por no hablar de su “inteligencia” y “tacto político”.
Pues como hizo Calígula con su caballo, ahora el “Peje” y su partido postularán a Blanco como candidato a gobernador de Morelos como graciosa concesión al Partido Encuentro Social, otro de los aliados impresentables del demagógico lopezobradorismo.
Hay que decir que la incongruencia, así como la ausencia de solidez programática y de ética política no son privativas de Morena y López Obrador. En los demás partidos también se cuecen habas. Y de qué manera.
Este mismo fin de semana, un aspirante a cacique del sur de Veracruz acusado de ser el autor intelectual del homicidio de un regidor, el ex diputado y ex alcalde de Las Choapas Renato Tronco Gómez, dio a conocer públicamente su apoyo a la precandidatura a gobernador del hijo del actual mandatario veracruzano, Miguel Ángel Yunes Márquez, luego de coquetear con Morena para ser candidato a una diputación. Con su presencia en este anuncio, las dirigencias estatales del PAN y el PRD avalaron la intención de quien, también hasta hace muy poco, antes de que la Fiscalía General del Estado desistiera de la causa penal que se le seguía, era un prófugo de la justicia.
En el PRI tampoco están exentos de estos bandazos. Ahí está el caso del calderonista Javier Lozano, incorporado a la campaña de José Antonio Meade como “vocero”. La diferencia es que para allá no brincan tantos, porque a diferencia del pasado, no le ven futuro al candidato.
Hay algo que no se puede negar: la clase política de este país se ha quitado la máscara finalmente, demostrando, sin pudor que los sonroje, que lo único que le interesa es el poder por el poder. Allá quien quiera creerles lo demás.
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