José Francisco Yunes Zorrilla ¡Llámenme Pepe! tras su inscripción electoral dará a conocer a la opinión pública a su equipo de trabajo que lo acompañará en una fugaz campaña de ocho semanas buscando convencer a una ciudadanía lista para recetar voto de castigo contra el mal gobierno que eventualmente habrá de colocarlo en la gubernatura.
Cuenta y mucho, el hartazgo ciudadano que en una proporción abierta de casi seis millones de votantes estará en posibilidades de acudir a las urnas el próximo primero de julio.
Cuenta además la simpatía que han despertado sus cartas credenciales de honestidad, preparación académica y capacidad de diálogo y concertación.
Acaso en la sumatoria poco ayudan las rémoras y perdedores que como lapas le han arrebatado espacios de participación, sin embargo, el propio Yunes Zorrilla ha dicho que en el partido que lo ha postulado, el PRI en alianza con el Verde, las puertas están abiertas a la participación cívica y política del primero de julio.
La misma dirigencia que encabeza Américo Zúñiga que avanza de tumbo en tumbo, que da señales equivocadas, que se conforma con repetidas derrotas y que ha incrustado a lo peor de la política veracruzana, “Reinis” incluidas, ahí seguirá en la esperanza de que al menos el primero de julio cumpla su tarea y entregue buenas cuentas.
Pepe Yunes –quien ha dicho que fincará su campaña electoral en las propuestas y proyectos más que en las denostaciones- trae todo el apoyo del centro, particularmente del primer priista Enrique Peña Nieto y todo el grupo sucesorio que encabeza el presidenciable José Antonio Meade.
Cuenta además con el respaldo de amplios grupos poblacionales que se han visto beneficiados con los más de cuatro mil millones de pesos que trajo de la federación en el último lustro para programas diversos en favor de las comunidades más desprotegidas.
Esas son sus cartas credenciales de cara a un electorado con alto grado de simpatía hacia la corriente Morena que ha provocado lo que se ha dado por llamar el “Efecto Peje” que comprobado está que si postula una vaca para gobernar, es la misma que gana en las urnas.
Hoy, sin embargo, de cara a un pueblo curtido por los malos gobiernos, azotado por la violencia y muerte, de rodillas ante el crimen organizado y con deudas y más deudas que alcanzarán a la siguiente generación de veracruzanos, no quiere más experimentos de novatos o gobiernos del cambio que solo aumenten la zozobra,
Quiere hechos.
Un buen gobierno por estos días tan lejos de la honestidad y los resultados.
Así pues, hoy se empiezan a definir las posiciones, el cambio de espejitos por oro y la urgencia de convencer a un electorado dispuesto a votar con el cerebro más que con el estómago.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |