Más tarde, se trasladó a la plaza central de la capital del estado, donde planteó modificar la Ley del Instituto de Pensiones y refirió sus propuestas en materia de seguridad. Concluyó con una concentración en el municipio vecino de Emiliano Zapata, en el que Morena acaba de ganar las elecciones municipales extraordinarias.
José Francisco Yunes Zorrilla, candidato del PRI-PVEM, congregó a una multitud en un campo deportivo de su natal Perote, donde puso especial énfasis en los temas de la inseguridad y del combate a la corrupción, precisamente los puntos débiles que llevaron a su partido a perder los comicios de 2016.
También hizo hincapié en que “ni con despensas ni con dádivas” es como se superará la pobreza ni como se gana una elección, en alusión directa a la manipulación de programas y obras de gobierno de que ha hecho gala la actual administración estatal, a la cual, subrayó, se le agotaron los argumentos para sostener su discurso de que “todos los males del presente se explicaban en el pasado”.
Desde Boca del Río, el abanderado del PAN-PRD-Movimiento Ciudadano, Miguel Ángel Yunes Márquez, centró sus arengas en la continuidad del “cambio” y en “hacer para Veracruz” lo mismo que hizo como presidente municipal, mientras también encabezó a una multitud en una de las zonas neurálgicas del panismo de aquella zona.
Siempre justificando al gobierno de su padre Miguel Ángel Yunes Linares, el abanderado panista también abrió la puerta a incorporar “a personas que hayan trabajado en gobiernos anteriores”, mientras evadía responder a las acusaciones de sus oponentes, en particular, a la de Cuitláhuac García, quien responsabilizó al yunismo panista de buscar boicotearlo.
Y es que la nota de color del arranque de las campañas la dio la irrupción tempranera en el primer evento de Morena de cuatro botargas con la efigie del ex presidente venezolano Hugo Chávez, con la clara intención de provocar a los asistentes. Exactamente la misma estrategia aplicada hace 24 años, durante las campañas presidenciales de 1994, cuando un grupo de travestis se presentó en el café de La Parroquia, en el puerto de Veracruz, para manifestar su “apoyo” al entonces candidato del PRD –quién viera ahora en lo que se convirtió ese partido- Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. El secretario general de Gobierno de aquel tiempo no era otro que Miguel Ángel Yunes Linares.
Con ese tono empezaron oficialmente las campañas a la gubernatura, en las que por desgracia la única mujer en la contienda, la candidata de Nueva Alianza Miriam Judith González, aceptó el triste papel de palera del régimen que pretende perpetuarse en Veracruz.
Entre candidatos y botargas nos veremos los próximos dos meses.
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