Tierra de Babel.
Jorge Arturo Rodríguez.
 

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Paranoia perfecta
2018-05-10




Ya no sabemos por qué ni de qué nos enfermamos, pero advierto un mayor número de personas que a menudo nos estamos quejando, de una u otra forma, por algún padecimiento que ni siquiera podemos precisar que nace en alguna zona de nuestro cuerpo o mente. No estamos contentos si no ingerimos algún medicamento, sustituto o complemento, el chiste es, gran paradoja, sentirse y, sobre todo, verse bien, hasta hacemos ejercicio, no vaya a ser la de malas, nos caiga el chahuistle y nuestra salud desmejore de la noche a la mañana, aunque en realidad gocemos de fortaleza, pero a cada rato nos lanzan porquería y media para estar vigoroso y no contraer padecimiento alguno. Que permanezca la paranoia. Y caemos en ella. Nomás asómese a la ventana, u observe al lado y se dará cuenta que andamos enfermos de enfermedades, ciertas o no.

         Es evidente que los tiempos han cambiado. Escribió Arnoldo Kraus que “las enfermedades crónicas son una invención reciente, invención no siempre bienvenida. Quienes las viven con dignidad y con calidad suficiente aprecian los logros de la medicina; quienes sufren y no cuentan con elementos para gozar el día a día, sea por la gravedad de la enfermedad o por pobreza, no valoran las conquistas médicas: muchos preferirían morir. El día a día de las enfermedades crónicas, con frecuencia, aplasta la vida, ahuyenta la libido. “La muerte vale más que la vida”, es una frase de un enfermo postrado en cama durante cinco años y dependiente de otros para no morir (o para morir poco a poco).”


         Desde luego que aquí se habla de otras enfermedades, las reales, no las imaginarias o inventadas con el fin de vender tal o cual producto “milagroso”, y tópate con las atrocidades publicitarias.


         Sea cierto o no, estemos del lado que estemos, hay una verdad: la pobreza. Es la que duele, estemos enfermos o no, es lo que enferma y a muchos nos vale madres (a propósito del Día de la Madres).


         Apunta Kraus: “Los avances médicos han tendido una suerte de trampa involuntaria: se vive más (no siempre mejor) y se padece más conforme pasan los años. Disminuir el peso de las enfermedades crónicas es indispensable. Salvo los países muy ricos, ningún Estado puede afrontar los gastos secundarios a males crónicos. En países como México los enfermos crónicos son una carga económica imposible de manejar. La trampa, en nuestro caso tiene dos caras: la longevidad, logro de la medicina, y la pobreza, legado de la corrupción y de los desmedidos hurtos.”


         He aquí lo que me dejó enfermo –aunque ya se sabía-: “México vive una situación en la que, socialmente, los dados están muy cargados desde el nacimiento. Un nuevo reporte mostró que siete de cada 10 mexicanos que nacen en familias ubicadas en la parte más baja de la distribución del ingreso no logrará salir a lo largo de su vida de la pobreza. El informe destaca que con el ritmo de crecimiento de la economía de las últimas dos décadas, el ingreso promedio de la población tardará 70 años o más en duplicarse. “La situación de la movilidad social en México se resume de la siguiente manera: quienes nacen pobres se quedan pobres y quienes nacen ricos se quedan ricos”, planteó el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) en “El México de 2018. Movilidad social para el bienestar”. (lajornada.unam.mx, 08-05-18).


         De que enferma, enferma. Ya me dio taquicardia. Pero no sé quién dijo que prefiero torticolis porque me quedaría mirando hacia el cielo, y no la joroba porque permanecería viendo hacia abajo.


         Pero en México no pasa nada y pasa todo. La paranoia perfecta.


 Los días y los temas


 Menos diputaciones locales propone el diputado Ernesto Cuevas Hernández, al presentar la iniciativa de reforma al artículo 21 de la Constitución Política del Estado para que el Congreso sea integrado sólo por 30 diputados electos por mayoría relativa. Es decir eliminar las llamadas “pluris” (20 diputados).


Explicó que “cada diputado local, genera un gasto de más de 15 millones de pesos anuales, integrando salario, demás beneficios y gastos, lo que al eliminar dichas diputaciones, se estaría ahorrando más de 300 millones de pesos anuales del presupuesto público.”


“Bien puede ser destinado este ahorro para beneficios en servicios a la sociedad veracruzana a la cual nos debemos y servimos, reduciendo con ello el gasto público y malas prácticas partidistas”, dijo.


Ojalá sea aprobado, es el reclamo de la sociedad. Eso y más: también en los diputados federales y senadores.


 De cinismo y anexas


 Ah, no es que esté enfermo, es que estoy bromeando, parafraseando a Xavier Forneret cuando escribió: “No es que sea bueno; es que estoy contento”.


         Ahí se ven. Feliz día de las madres, quienes las tengan, valedores.






 
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