En unas cuantas palabras, Enrique Peña Nieto esbozó los sueños de generaciones enteras de veracruzanos que vieron cómo la zona norte del estado segúia abandonada como antes lo había reconocido ahí mismo el gobernador de Veracruz Miguel Ángel Yunes Linares.
Ahora, a la luz de la ampliación del Puerto de Tuxpan, de la autopista Tuxpan-Ciudad de México, de la autopista Poza Rica-Cardel próxima a concluir así como de la Tuxpan-Tampico, o tan solo con la ampliación en cuatro veces la capacidad del Puerto de Veracruz -obra histórica y sin parangón en el país desde su construcción a finales del siglo XIX-, no me queda más pensar: este Presidente es un fregón y no me faltaría razón al pensar que ha sido el mejor Presidente de la era moderna para Veracruz.
¿Cuántos candidatos a la Presidencia vinieron a pedir el voto en Veracruz y al término de sus gestiones no cumplieros?
José López Portillo, Luis Echevarría, Miguel de la Madrid, Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón, prometieron todo y al final dejaron de cumplir con las obras de fondo, obras torales, obras detonantes del turismo, la agroindustria, agricultura, ganadería y la pesca que prometieron.
Por ello, analizando la dimensión y concatenación de las obras que el poder federal ha hecho en Veracruz, los motivos y objetivos de cada una de ellas, veo que todo embona, todas podrán por fin hacer realidad las eternas potencialidades de Veracruz.
Fueron obras producto de un plan nacional maestro de Peña Nieto: Relanzan a Veracruz al mundo, ponen a trabajar a los veracruzanos, conectan al Sur con el Norte como la ruta más corta a los Estados Unidos a través de la Costa del Golfo. La tan esperada (por años) construcción moderna del Puerto de Tuxpan; la conexión de éste con la Ciudad de México; la modernización y ampliación del Puerto de Veracruz que inició Carlos Salinas; las carreteras que facilitarán el despertar del emporio hotelero de Tecolutla y Costa Esmeralda; la consolidación de la zona de Martínez de la Torre como la capital mundial de los cítricos, teniendo a la mano la salida idónea para Europa y otros mercados; todo eso es algo que se hace solo con voluntad política.
Lo normal y ortodoxo que solo se suele destacar de las obras públicas los miles de millones de pesos que se invierten en ellas, por ello no se extrañe que este día se destaque solo la inversión superior a los 31 mil millones de pesos que se invierte en la ampliación del Puerto de Veracruz.
Sin embargo, déjeme decirle el monto, tanto en esta obra como en muchas otras más que se han construido en Veracruz, no es lo más importante, lo son en cambio los beneficios de las mismas.
¿Importa cuánto costó hace más de cien años el actual Puerto de Veracruz? Lo verdaderamente importante es que en el actual Puerto construido por Porfirio Diaz se llegaron a mover hasta 24 millones de toneladas de carga al año, y lo importante de los millones de pesos que hoy se invierten para ampliar ese mismo Puerto multiplicará esa cifra por cuatro hasta alcanzar las 96 millones de toneladas de carga. Casi el 20% de las 520 millones de toneladas de carga que se manejarán en todos los puertos del país.
¡Eso es lo importante!
Obras carreteras y portuarias que no solo ahorran tiempo en viajes, sino que acercan los mercados para la producción y da oportunidades al veacruzano para ser competitivo.
Veracruz, en el gobierno de Enrique Peña Nieto, se ha beneficiado con obras detonadoras de crecimiento económico, de empleos y de riqueza, como no lo habían hecho anteriores gobernantes mexicanos.
Es cierto que aplaudir a un gobernante por hacer su trabajo, es como aplaudirle a un cajero automático por darte tu dinero… sí, es cierto. Sin embargo, el que anteriores Presidentes no hayan cumplido sus compromisos con Veracruz enchilaba a los veracruzanos, por ello es que resalta la figura de Peña Nieto, y por eso sostengo aquí lo que pensé ayer cuando lo escuché hablar y que luego tuve la oportunidad de decirle personalmente: Presidente Peña: Es Usted el mejor presidente de la historia contemporánea para Veracruz. ¡Es usted un fregón!
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