NO SE SABE con plena exactitud, porque la cuenta, al parecer, aumenta cada día que pasa en nuestro país, pero la lista de políticos que han sido asesinados desde que inició el proceso electoral dos mil dieciocho, es decir, desde el mes de septiembre del año pasado, a la fecha, suma ya, por lo menos, ciento veinte personas que se encontraban haciendo política, en calidad de candidatos a puestos de elección popular, en todo el país, aparte de quienes ya eran funcionarios, alcaldes o regidores y que por diversas razones, han sufrido alguna forma de atentado.
Se dan diferentes cifras, pero lo importante del caso, es que este proceso electoral que estamos viviendo ha sido extremadamente violento, debido a que nunca se había registrado un panorama político tan difícil, pues ahora, también participar en estas actividades resulta peligroso, como parte de la ola violenta que vive el país y que difícilmente podrá erradicarse en poco tiempo.
Si nos damos cuenta, en los últimos días, los propios candidatos a la Presidencia de la República, o a las gubernaturas, que también estarán en juego este primero de julio, han dejado de hablar del problema de la inseguridad, de manera directa, aún cuando se considera que este fenómeno social, es uno de los más sobresalientes de la vida pública de México.
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Pocos se atreven a garantizar una lucha frontal contra la inseguridad, generada con mayores proporciones por grupos armados y organizados para delinquir, porque es una condición difícil de abordar en estos momentos en que nadie puede estar completamente seguro, ya ni en su propia casa, donde también se dan noticias permanentes de que los delincuentes llegan directamente a buscar a los candidatos y muchas veces agredirlos.
Es, de alguna manera, entendible que ahora los candidatos, se cuiden más, porque ya no hay límites para las acciones violentas, pues lo mismo se da en poblaciones apartadas, que en las propias narices de la policía, como también se han dado noticias frecuentes, donde los asesinatos, las agresiones y demás formas de violencia contra las personas, se perpetran aún estando policías de guardia, lo que significa que ya no hay respeto por la vida en ningún lugar, pues estos actos se cometen hasta el propio centro de una ciudad, donde hay supuesta vigilancia y completo movimiento de personas.
De ahí que los actos violentos contra los políticos, sean más frecuentes y se cometan, también, en lugares públicos, sin importar si esos políticos tienen guardias personales o no, pues eso ya no importa, lo que significa que la violencia ha permeado en todas partes y con la confianza de que no van a ser detenidos, llegan a todas partes y a todas horas, porque el temor a la policía se ha perdido y no existe, para ellos, posibilidades de que sean repelidos.
No se tienen noticias, también exactas, de los motivos que se tengan para llevara a cabo estas acciones en contra de la clase política del país, aunque la mayor parte se atribuye a la serie de intimidaciones que se hacen a los adversarios políticos y que a la fecha las propias investigaciones, no han dado resultados positivos. Se han formulado cientos de denuncias, pero no hay, todavía, aprehensiones de posibles responsables.
Sin embargo, la cuenta aumenta cada vez más, pues en las últimas horas, se han cometido otros atentados donde han perdido la vida más candidatos, por lo que todo mundo espera que las elecciones lleguen pronto, para evitar que siga corriendo la sangre de los políticos en todo el territorio nacional.
Por lo pronto, desde el extranjero, diversos gobiernos han externado su preocupación por esta situación que se vive en México, sobre todo, con el desarrollo del proceso electoral, donde las autoridades nacionales, estatales y municipales, no han logrado garantizar plenamente, la seguridad de los candidatos de todos los partidos políticos que buscan una posición de carácter electoral.
Nunca, como ahora, se han tenido estos registros tan altos de violencia política y por tanto, serán parte de lo que registre la historia política del país, una vez que haya concluido este proceso con las elecciones del primero de julio, donde también, hay justificada preocupación por actos violentos que pudieran presentarse durante la jornada del domingo primero de julio, donde la violencia pudiera extenderse hacia los propios ciudadanos que salgan a votar, toda vez, que se trata de una acción que tiene muchas directrices, donde no es solamente la intimidación para no votar, pues hay otros intereses de por medio que serían los que pudieran generar mayor violencia.
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Y COMO SE SABE, México, esta viviendo uno de los procesos más interesantes de su historia política, porque además de los sucesos violentos que le han dado su propia dimensión, hay que tener en cuenta que se trata de una elección concurrente, donde se cumple con la sucesión presidencial, la sucesión gubernamental para algunos Estados de la República, entre ellos, la entidad veracruzana, además de la renovación de las cámaras de Senadores y Diputados federales, sin dejar de considerar también, las elecciones de diputados locales que integrarán las legislaturas de algunos de los Estados.
Todo eso genera atención del proceso electoral más allá de nuestras fronteras, por lo que, tal y como ya lo comentados, no deja de tener repercusión en varios países del mundo que se han pronunciado en contra de la violencia política en nuestro país.
Se espera que el próximo domingo primero de julio, fecha en que se lleve a cabo la jornada electoral, no suceda nada que empañe este proceso electoral que se lleva a cabo por primera vez, con las características que hemos señalado, pues lo que se quiere es que sean los propios ciudadanos quienes salgan a votar con plena tranquilidad y seguros de que estarán cumpliendo con su obligación y ejerciendo un derecho que le corresponde en este nuevo intento de aproximarse a la tan ansiada democracia, eligiendo con voto razonado y libre, a los gobernantes que tendrán la responsabilidad de velar en el futuro inmediato por este país y por su gente, que de paso podemos asegurar, ya no quiere más violencia.
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EL EXPRESIDENTE DE LA República, Felipe Calderón Hinojosa, debe estar sufriendo considerablemente por la loza tan pesada que lleva sobre sus espaldas, al saber que fue el de la idea de iniciar en todo el territorio nacional, una guerra interna que a la fecha no termina y que se ha vuelto un verdadero caos de inseguridad.
Antes de él, la violencia existía, no se niega, pero era fácilmente controlada por los cuerpos policiacos y había, para la población, más tranquilidad y más seguridad al transitar por todas las veredas de la nación. Hoy, la herencia dejada por este inmaduro Ex presidente, surgido de las filas del PAN, y quien fue el segundo Presidente de la famosa alternancia, esta acabando poco a poco con familias enteras, jóvenes que apenas comienzan a vivir y muchas personas que no tienen nada que ver con las malas decisiones de un mandatario que nunca supo hasta donde llegarían sus errores de poder.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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