Los panistas sabían, como cualquier otro partido político en Veracruz, que en condiciones normales eran suficientes 1 millón 300 mil votos para asegurar la victoria, sin embargo, buscando evitar cualquier “susto de última hora”, la instrucción consistió en juntar cuando menos 100 mil sufragios más.
¿En qué erraron entonces los operadores azules en Veracruz y el mismo Miguel Yunes Linares? En disminuir mucho al PRI en el estado; lo hicieron tanto que nulificaron la tradicional “elección a tercios”. De esa manera, la mayoría de los tricolores optaron por apoyar a Cuitláhuac García, situación que a la postre, abonó a la escandalosa derrota del candidato “frentista”.
Si además de juntar 1 millón 300 mil votos, Miguel Yunes Linares y los operadores azules hubieran “ayudado” al PRI, muy probablemente el PAN habría conservado el poder en el estado, a pesar del fenómeno electoral que significó López Obrador.
Hace dos años, Javier Duarte lo intentó y casi le funciona. Buscó hacer crecer a Morena con Cuitláhuac García para “robarle” votos al entonces candidato Yunes Linares. De hecho, se le “pasó la mano” y casi se da “un balazo en el pie”, pues por momentos se pensó que el PRI bajaría hasta el tercer lugar.
Si los panistas en Veracruz, a sabiendas de que AMLO obtendría mucha votación en el estado y el País (asunto que se veía venir), hubieran renunciado a su obsesión por “arrasar” dejando que el PRI obtuviera cuando menos su voto duro, la contienda entre Yunes Márquez y Cuitláhuac García habría sido bastante más cerrada.
Lo acontecido en Veracruz fue inédito e increíble. Miguel Yunes Márquez se propuso obtener un récord de votación en Veracruz, y puede estar satisfecho, lo logró, sin embargo, también pasará a la historia como el primero que no llega a la Gubernatura a pesar de juntar más de 1 millón 450 mil sufragios. En el pecado llevó la penitencia. Ver para creer.
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