Si bien es cierto México transita el proceso post electoral en relativa calma, también lo es que hay enconos muy fuertes a nivel de militantes y simpatizantes de los otros candidatos y que nunca falta un apasionado que dirigido o no pueda intentar una estupidez.
El discurso entre unos y otros en redes sociales es de odio, ya no de enojo o de posiciones encontradas naturales. El odio va de un lado para el otro y eso no es bueno para nadie.
Esperemos que AMLO entienda que por el bien de todos, debe aceptar seguridad, nadie se lo va a reprochar.
Y en Veracruz, Cuitláhuac repite el número. Apenas terminó su mensaje a la ciudadanía este domingo en la plaza lerdo y se le ocurrió caminar en medio de los miles de seguidores que ahí estaban. Pasó grandes trabajos y yo diría, riesgos para poder caminar.
Debe entender también que es el gobernador electo de Veracruz, que se entiende que su discurso esté alineado con el de López Obrador, así como sus acciones, pero representa al sucesor en el poder ejecutivo y debe tener precauciones básicas para su seguridad.
Por lo pronto ambos, de acuerdo al guión, dejarán la escena pública por unos días. AMLO dice que se va de vacaciones y Cuitláhuac, que en la primera semana de agosto dará nueva información.
Permitirán que los actuales mandatarios vayan trabajando hacia la conclusión de sus administraciones.
La cita que sigue pendiente es la del encuentro Cuitláhuac-Yunes Linares. Veremos si se da antes de la fecha legal de la transición. |