En los cafés, cada mañana los asiduos bebedores del aromático se queman el seso y, cautelosos pero filosos, empiezan a ver las tripas de los que ha dicho Cuitláhuac serán nombrados oficialmente el próximo primero de diciembre.
Para empezar resulta metodológicamente conveniente analizar los orígenes y el porqué de las dos primeras piezas del próximo gabinete.
Hay quienes afirman que Eric Cisneros Burgos, próximo titular de la SEGOB, en realidad no es una de las gentes más cercanas al próximo Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, como algunos han apuntado, sino a la próxima Secretaria de Energía, Rocío Nahle.
Por otra parte, Ernesto Pérez Astorga, presentado como el próximo titular de la SEDECOP, se sabe que es una vieja pieza de Ricardo Ahued.
Esto es, a la fecha a Cuitláhuac ya le habrían puesto, perdón, ya habría ‘seleccionado’ a sus dos primeros alfiles… y no son de su cuadra.
Algunas preguntas en el aire son: ¿Quiénes serán los próximos destapados para el gabinete? ¿Serán criollos o ‘barbados’ del Altiplano? ¿Gente de Cuitláhuac, del partido, de Ladrón de Guevara, de AMLO o de quién? ¿Habrá gente del PT o del PES? ¿Qué diputados locales salientes alcanzarán el nivel para ser llamados? ¿Incorporará a alguno de los actuales presidentes municipales que hoy gobiernan bajo las siglas de MORENA?
Pero la pregunta de más cortísimo plazo es: ¿Será el próximo destapado para el gabinete, por fin, alguien cercano a Cuitláhuac? Porque personas de confianza y tablas para ayudarle a gobernar, no se vieron en sus últimas dos campañas.
Cuitláhuac no dejó ver en ningún momento que tuviera un hombre o mujer fuerte que le ayudara en su labor legislativa y menos en su función como diputado federal como gestor de inversiones y beneficios para su territorio representado. Cuitláhuac hasta el momento ha sido un Llanero Solitario.
Ni su padre ni sus familiares caminaron la legua con él, lo que genera la esperanza que en el próximo gobierno desaparezca por fin el pernicioso nepotismo.
Tampoco en su reciente campaña se vio ningún poder tras el trono, ni un hombre o mujer fuerte que tras bambalinas organizara con voz de capitán de la flota MORENA para el diseño de agendas o giras y contenidos del discurso de campaña. A nivel estatal él cobijó -y mucho- a sus candidatos a diputados locales y federales, pero los aspirantes al Senado caminaron solos buscando más la sombra de AMLO que la suya.
Así que ¿de dónde brincarán las demás liebres?
Por lo que se ve, el gabinete podría llenarse de funcionarios y amistades externas al corazón de Cuitláhuac. Podría ser un gabinete del partido, un gabinete de MORENA puro.
Cosa muy distinta, por ejemplo, a lo que ya se ve sucederá en Jalisco, donde el gobernador electo Enrique Alfaro, desde su primer discurso luego de recibir su constancia de mayoría, tomó distancia con el Partido Movimiento Ciudadano y de Dante Delgado Rannauro, su líder moral que lo postularon al gobierno y dijo que como gobernador actuaría para todos.
Misma actitud que ha tomado el propio Presidente electo Andrés Manuel López Obrador que en Ciudad Juárez dijo que la campaña quedó atrás y que la responsabilidad de gobernar debe hacerse con el mayor y más alto espíritu de democracia, pero sobre todo, que desde antes de la elección ya se sabía quiénes lo acompañarían en el Gobierno. El Partido, dijo AMLO, es una parte de un todo, pero no gobernará el país.
Pero Cuitláhuac, que llega al gobierno sin un equipo personal, aún tiene seis largos años por delante para formar el propio e irlo puliendo y probando la lealtad que los recomendados demuestren por Veracruz.
Pero lo más importante, tiene el poder y frente a él más de un millón y medio de veracruzanos que depositaron en él su confianza y que serán fieles exigentes de que no se desvíe del camino. Aunque hoy, por lo pronto, al parecer solo le queda tener un Gabinete prestado.
@frlicona |