La conclusión es de un político de experiencia y conocimiento de las formas y procedimientos en la política veracruzana:
- Fue una decisión estríctamente aritmética.
Esto es: Miguel Ángel Yunes cortejó, presionó y hasta amenazó a los diputados de oposición, y ni así consiguió garantías de que apoyarían su listado de propuestas para los 12 magistrados que debe incorporar el Poder Judicial.
El razonamiento fue simple: siempre será preferible que salga a presumir el respeto a la autonomía de los Poderes, que sufrir un nuevo descalabro en el Pleno de la Legislatura.
Este martes el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares anunció que no presentará al Congreso del Estado las propuestas para ocupar las 12 plazas de magistrados del Tribunal Superior de Justicia que se encuentran vacantes.
De pronto el discurso cambió. Hace apenas un par de semanas advertía:
“El Presidente del Tribunal me lo ha pedido, voy a proponer como me obliga la Ley (…) voy a cumplir con lo que la Ley me ordena”.
Y este martes, de pronto la Ley ya no le obliga, le “faculta”, por lo que está en él decidir si aplica esa facultad o se desiste.
“Aun cuando la Constitución me faculta, estoy en tiempo para hacerlo y podría tener la mayoría en la Comisión Permanente para lograr el nombramiento provisional, he decidido no presentar al Congreso ninguna propuesta para el nombramiento de magistrados y dejar que lo haga quien me sucederá como Gobernador del Estado”.
Ahí está la clave. Podría, sí, imponer a los integrantes de su lista de propuestas, mediante una mayoría simple en la Comisión Permanente de la Cámara de Diputados. Sus recomendados adquirirían el estatus de “magistrados provisionales”, en espera de ser ratificados por el Pleno, con el voto de las dos terceras partes, esto es, de 34 legisladores, lo que nunca iba a conseguir.
Matemáticas simples.
Esas ciencia exacta que hoy le dice al gobernador que ya lo dejó de ser, a pesar de que aún le faltan 114 días a su minúscula gestión.
No propondrá magistrados, por lo que, quienes lleguen en el mes de noviembre, tendrán el aval de la bancada de Morena, el mismo partido del próximo gobernador. La caída de Edel Álvarez Peña ya nadie la detiene.
El fiscal anticorrupción será desconocido en tribunales y el “fiscal-carnal” será obligado a renunciar.
No tendrá, pues, red que amortigüe su caída.
Hace dos años, en el mes de octubre, abrumado por las presiones (políticas, mediáticas y hasta jurídicas) Javier Duarte anunció que solicitaría licencia a su cargo como gobernador. Cuando lo hizo, ya no tenía el control del Estado, ya era un político en declive, ya no gobernaba Veracruz.
Entrón como suele ser, bragado frente a los retos que se le presentan, este martes Miguel Ángel Yunes Linares salió a decirles a los veracruzanos que acusa el golpe, que asume que le será imposible imponer a los magistrados, pero que sigue siendo el gobernador y que lo será hasta el último minuto del 30 de noviembre.
A cambio de su “democrático gesto” de no hacer uso de su facultad para proponer a los nuevos miembros del Poder Judicial, Yunes Linares pidió le aprobaran un par de leyes absurdas, elaboradas con sus entrañas: la que obliga a los comercios a instalar cámaras de vigilancia, y la que establece que todo aquel que conduzca una motocicleta debe portar un chaleco y un casco, ambos con el número de sus placas inscrito y de buen tamaño para que cualquiera lo pueda leer.
Son las bravatas de un sujeto que se ve acorralado, que ha contenido a sus agresores amagándolos con utilizar su arma, a sabiendas de que ésta ya no tiene balas. Llegará el momento en el que su ardid sea descubierto y caerán sobre él.
* * *
Epílogo.
Y mientras a Edel Álvarez Peña le empiezan a crecer los enanos, al “fiscal-carnal” Jorge Winckler se le derrumbó su castillo de naipes. En Córdoba, los fiscales difundieron una nueva carta en la que denuncian hechos cada vez más graves. *** “Ahora resulta que nos quitó a Martha Lidia y nos pone de fiscal regional a Clarisa Urías. ¿De qué se trata, señor fiscal? Acaba usted de poner a la Iglesia en manos de Lutero”, le advierten a Jorge Winckler. *** “Ahora resulta que no sabe usted que Clarisa ha sido gente del “cachorro” todos estos años; ahora resulta que no sabe usted que tiene acuerdos con los abogados del “cachorro”, del “chichis”, de “la güera”, del “pantera” y de todo el séquito de delincuentes (a los) que ella ha ayudado a que salgan en Orizaba. Basta con revisar las carpetas, señor fiscal, para que se dé usted cuenta de la clase de persona que nos manda como fiscal regional”. *** Y el remate no tiene desperdicio: “No estamos dispuestos a seguir pagando la cuota que ya de por sí Clarisa nos pedía cuando estaba en Orizaba y no queremos ni pensar a cuánto nos la va a incrementar ahora que sea regional”. *** Por cierto, sólo como apunte al margen: Clarisa Urías es esposa de Uriel Moreno, quien fue designado fiscal regional en Tantoyuca. Todos, miembros de la misma camarilla. ***Cuando en la carta hablan del “cachorro”, se refieren a Manuel Escalona, miembro de Los Zetas, señalado de ser quien ordenó la ejecución de la periodista Anabel Flores Salazar, en el 2016. En el mismo crimen está involucrado Josele Márquez Balderas, alias “el chichis”.
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