El pueblo de Veracruz no siente lo duro, sino lo tupido. La esperanza de una mejora en las condiciones de bienestar de la población se desvaneció. La irritación social inclino la balanza por el cambio, después de padecer los sexenios de Fidel y Duarte. Sin embargo por los resultados en lo económico y de seguridad, el remedio resultó peor que la enfermedad.
El dinamismo de la economía no repunto, sino todo lo contrario, retrocedió en el año 2017 (menos 3.2%, cifras preliminares INEGI), respecto al cierre 2016, el presente año pinta igual. Por lo tanto esta situación afectó al mercado laboral.
En el periodo 2017 a enero-junio 2018, con cifras de la ENOE, la Población Ocupada (PO) aumento en 132 mil 310 plazas, pero la PO en el segmento de ingresos de cero hasta un Salario Mínimo (S.M.) fue de 175 mil 478. La PO con ingresos de más de 1 hasta 2 S.M. creció 61 mil 997. Estas cifras frías, encierran una tragedia, pues se disparó la pobreza laboral plenamente documentada por el CONEVAL, se ha exacerbado la precarización de la mano de obra en el periodo que nos ocupa, se esfumaron los puestos con los buenos salarios. Con los resultado antes descrito la PO con ingresos menores a dos S.M. suma 1 millón 266 mil 019, y representan el 62.0 por ciento del total, cuando el promedio nacional es de 44.6 por ciento. Que se entienda, solo con seguridad los empresarios emprenderán proyectos, y la inversión en infraestructura incentivará la economía, las despensas no resuelven la pobreza, solo el empleo bien remunerado y con prestaciones sociales. |