Hombre discreto, profundo conocedor del alma humana, inteligente, estudioso y escritor sin par. Hace unos años solicitamos su anuencia para imponerle su nombre a la Asociación de Comunicadores de Veracruz (ACOVER) y aceptó.
Convencidos de que los reconocimientos hay que llevarlos a cabo en vida, acordamos en ACOVER otorgarle una medalla “por toda una vida dedicada al periodismo”, la cual le entregamos la semana pasada en su domicilio particular, donde estuvo acompañado por su esposa Tita Sousa.
Sí, me refiero a Froylán Flores Cancela, ex subdirector del Diario de Xalapa, y durante un tiempo colaborador de El Dictamen de Veracruz, fundador del semanario Punto y Aparte y figura emblemática del periodismo veracruzano.
Por aquellos años de la segunda mitad del siglo XX, infinidad de políticos de todos los niveles hacían antesala y desfilaban por la oficina de Froylán en el número 3 de la avenida Ávila Camacho. Los novatos aspiraban a que los diera a conocer a través de su leída columna y otros deseaban ser promovidos por el influyente periodista. Igual que los artistas.
Los nombres de candidatos a cargos de elección popular y prospectos a posiciones administrativas dentro del gobierno eran publicados en la columna de Ferreiro Castelar, pseudónimo de Froylán, días antes de confirmarse y oficializarse las designaciones.
Nada escapaba a la aguda crítica, fina ironía o merecido reconocimiento de Ferreiro Castelar, quien con elegante y profunda prosa podía impulsar o frenar la carrera de políticos de la época, desde los tiempos de Rafael Murillo Vidal y Rafael Hernández Ochoa, incluidos Miguel Ángel Yunes, Fidel Herrera y Dante Delgado, entre otros que brillaron desde sus inicios en la vida pública.
No había redes sociales, y político cuyo nombre no apareciera en las páginas del Diario de Xalapa, sobre todo, en la columna de Froylán Flores Cancela, prácticamente no existía.
Hoy las circunstancias han cambiado. Son los tiempos de la tecnología, la internet y las redes sociales. Los medios impresos han venido a menos y necesitan renovarse y adaptarse a la época.
El mejor homenaje a Froylán será recopilar y editar la mayor parte de sus escritos, tanto los publicados como los inéditos, que deben ser muchos, porque su pasión ha sido escribir.
Ojalá la Universidad Veracruzana, alguna de las instituciones particulares de educación superior, editoriales públicas o privadas, organizaciones de comunicadores o el propio gobierno del Estado y con el apoyo de la familia de Froylán, tomaran la iniciativa de compendiar y publicar la obra de este paradigmático periodista veracruzano.
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