¿Por qué allá lo lograron y aquí no vamos a poder? Depende de la aptitud del gobierno y de la actitud de los vecinos. En vez de culparnos unos a otros, busquemos soluciones y que cada quien realice su tarea.
No arrojemos basura en la calle ni la saquemos antes de escuchar la campana que precede al camión recolector. Y que el ayuntamiento, por su parte, otorgue un servicio eficiente de limpia pública, reciclaje o procesamiento de los desechos.
Y algo más, que las autoridades se fajen los pantalones y apliquen severas multas a personas que ensucien los espacios públicos como en Calgary (Canadá) y otras poblaciones del mundo. Acaso al principio habrá protestas pero pronto se acostumbrarán y les encantará la idea. Es por el bien de todos.
He mencionado unas cuantas urbes pero son muchas más. Los japoneses son ejemplo de pulcritud, y en nuestro país también existen ciudades que se caracterizan por su limpieza en las calles. Orizaba acaba de recibir un premio internacional por ello. O sea, sí se puede.
La crisis de la basura recién estalló en esta capital. Tomemos esto como lección y punto de partida para una cruzada cívica y convirtamos a Xalapa en una de las ciudades más limpias de Veracruz y de México.
Nadie pondría obstáculos y participaríamos entusiasmados, empezando por los trabajadores de la limpia pública, las autoridades municipales y los xalapeños en general.
Hace años presumíamos a nuestra siempre limpia ciudad de las flores. Podemos recuperarla, embellecerla y mejorarla si nos lo proponemos.
Afirmar que poco importa quiénes son o fueron responsables de la crisis de hace días no significa borrón y cuenta nueva, sino que vayamos hacia adelante y encontremos soluciones al tema de recolección de basura.
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