Desde su primera campaña por la gubernatura, Cuitláhuac García dejó en claro que el problema de la inseguridad no se habría de solucionar en el corto plazo (contrario a la balandronada de Yunes Linares, quien aseguraba que él si sabía como lograrlo y que retornaría la paz a los veracruzanos en tan sólo seis meses, lo que terminó siendo uno de sus más granes fraudes al elector).
Con el inicio de la gestión de Cuitláhuac García la violencia no ha cesado. En la primera mitad del mes de diciembre se han registrado ejecuciones al estilo del crimen organizado, secuestros, homicidios de mujeres (que no todos pueden ser considerados “feminicidios”), secuestros y enfrentamiento entre bandas criminales.
Nada nuevo, nada peor –aunque tampoco mejor- que lo visto hasta el 30 de noviembre.
Y es que, en sincronía con el Presidente López Obrador, el gobernador de Veracruz es de los convencidos de que la delincuencia (lo mismo que la violencia inherente) se combate creando alternativas a los jóvenes, generando empleos y atacando las causas originales.
Tiene claro, sin embargo, que eso no se remedia de la noche a la mañana y por lo pronto se ha puesto en marcha un profundo programa de renovación de mandos policiacos y de evaluación del personal con el que se cuenta.
En tanto, las fuerzas federales ratificaron ya su compromiso con el gobierno de Veracruz y seguirán apoyando. Elementos de la Marina, del Ejército y de la nueva Guardia Nacional ya se han desplegado por el territorio veracruzano para realizar tareas de contención y para ubicar los “focos rojos” para atacarlos de manera prioritaria.
La violencia no se acaba por decreto, mucho menos, cuando se reciben como herencia acuerdos subrepticios entre los mandos policiacos, servidores públicos del más alto nivel y los “jefes de plaza” de la delincuencia organizada.
Son varios frentes los que debe atender la nueva administración estatal y ya se ven los primeros pasos.
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Epílogo.
La presente será una semana decisiva en el tema de la remoción del Fiscal Jorge Winckler Ortiz. Las solicitudes de juicio político fueron aprobadas, pero antes de seguir ese procedimiento, se podrían dar las causales para el cese de este servidor público que, sin merecimiento alguno, recibió como regalo de su jefe, una de las responsabilidades más delicadas en la administración de un Estado. En el pecado, Miguel Ángel Yunes Linares llevó la penitencia, pues fue el gran cúmulo de abusos y violaciones a la ley, el sello que terminó por satanizar al gobierno yunista. *** Pepe Yunes se reunió con un buen número de amigos, el pasado viernes, en el rancho de la familia. Destacados periodistas que mantienen una excelente relación con el político peroteño, atestiguaron el reclamo de don Carlos Brito a su amigo Gonzalo Morgado por haber abandonado al PRI. “El partido te dio todo lo que tienes”, le recriminaba el oriundo de Coatzacoalcos. “Yo respeto su opinión, tío Charly, pero estoy convencido de que tomé la mejor decisión”, le respondía Morgado Huesca. En la reunión quedó claro que atrás del proyecto “Podemos”, no está José Yunes Zorrilla, quien se dijo respetuoso del camino que han decidido tomar varios de sus amigos. Él –dijo- seguirá siendo priista.
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