Se dijo además que tan solo de bancos de Suiza habría movimientos a favor de esa universidad –cuyo nombre se mantiene en el anonimato” por el orden de los 150 millones de dólares.
Un reconocido medio digital, entonces tuvo la osadía de afirmar sin pruebas y difundir que se trataba de la Universidad Veracruzana, la señaló con índice de fuego y entonces ardió Troya. Horas después esa publicación desapareció del ciber espacio.
A través de un comunicado, la oficina de Raciel D. Martínez, director de Comunicación Social de la Universidad precisó que “la publicación resulta irresponsable y deliberadamente falsas y constituye un ataque al buen nombre de la universidad. Llevaremos a efecto las acciones necesarias para la defensa de la casa de estudio y su imagen publica”, dijo.
En el boletín también refieren que durante la presente administración universitaria, la Universidad Veracruzana ha establecido una política de transparencia, rendición de cuentas, y uso racional y eficiente de sus recursos, inédita en la casa de estudios. Sobre este particular en otro momento daré pruebas de que no todo es muy transparente que digamos.
En este momento, me sumo al rechazo unánime de la infamia que se comete contra la máxima casa de estudios a cargo de Sara Ladrón de Guevara, al acusarla de lavado de dinero. No meto las manos al fuego por nadie, sin embargo dudo mucho que deliberadamente una institución con tanto prestigio pudiera involucrarse en acciones ilícitas.
No obstante, creo que la mejor forma de controlar la información y no dar pie a especulaciones es dándola y hacienda federal tiene enorme responsabilidad en este asunto, al ocultar el nombre de la institución, porque alimentó con ello a la calumnia y la difamación.
Cualquiera de las universidades públicas del país de que se trate, cualquiera que haya recibido depósitos de millones de dólares a sus cuentas, está en peligro ahora; desde su Rector o Rectora, hasta su personal y sus estudiantes, porque el dinero ya se “congeló”, se confiscó, ya no va a regresar a sus “dueños”, que podrían ser operadores financieros de poderosos grupos criminales y quienes ahora exigirán su dinero de vuelta. Nadie en su sano juicio dejará perder así como así tantos millones de dólares y hará lo que tenga que hacer para recuperarlo, es ahí donde el asunto se torna muy peligroso.
El equipo de abogados de la UV está en su derecho de proceder legalmente en contra de quien o quienes resulten responsables de enlodar su buen nombre. El desenlace de este caso es de pronóstico reservado y sólo hay que esperar. |