HAN pasados los primeros cien días de gobierno, tanto a nivel federal como estatal. Este tiempo, como se sabe, es considerado suficiente, dentro de una administración pública, para hacer la primera evaluación de lo que se ha hecho y la conveniencia de analizar el reto importante que tienen las dos principales esferas de gobierno, para enfrentar el futuro, que hasta ahora, no suena tan prometedor como se pensaba en principio. Se dijo también que durante este periodo de administración, los funcionarios, en su mayoría sin experiencia en el manejo de la cosa pública, también pudieron ser examinados para estar seguros de su continuación en los cargos que tienen, ante la enorme responsabilidad política y social que adquirieron como gobiernos de la esperanza.
A nivel nacional, los cien días, han sido sumamente complicados, al grado de que el Presidente, ha tenido que echar mano de sus propias estrategias para que el país no se le desborone en sus manos, sobre todo, porque sus funcionarios no le han apoyado lo suficiente, por lo que ha tenido que gobernar, prácticamente, solo.
En Veracruz, las cosas han sido distintas, no se puede decir lo mismo que a nivel federal, porque se trata de un ámbito totalmente diferente, pero también ha carecido de efectividad, considerando que el pueblo veracruzano, ha sido exigente, porque de alguna manera, ha puesto en riesgo al país, luego de votar por un partido recientemente constituido, es decir, confiando es una organización política que creció desmesuradamente al amparo de un solo hombre.
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Y en ese sentido, siguiendo la misma ruta, todos parecen estar a la espera de lo que haga el que manda a nivel nacional, sobre todo, para arrancar el trabajo que se requiere llevar a cabo para cumplir con los compromisos contraídos.
De ahí que el gobierno de Veracruz, no han encontrado la formula para sentar las bases de la administración, donde el Gobernador, tiene amplias facultades, hasta para realizar la primera sacudida de colaboradores, si así lo cree conveniente, de aquellos que, incluso, se dice, ya le tomaron la medida, practicando, por sus pistolas, los actos de nepotismo que se dan en todas las dependencias gubernamentales, lo que, sin duda, también es parte de la corrupción que el Jefe máximo de la nación, quiere, de una buena vez, desmantelar para siempre.
Pero a pesar de todo esto, no hay señales de cambios, porque quizá, el propio gobernante quiere dar a sus colaboradores el beneficio de la duda, por lo que tales cambios, probablemente se tengan que dar hasta haberse cumplido el primer año del ejercicio constitucional del poder.
Y es que, por otro lado, los veracruzanos, ya comienzan a cansarse de esperar los resultados de este prometedor gobierno, por lo que el titular del Poder Ejecutivo, tiene que tomar al toro por los cuernos y comenzar a dictar las soluciones a los casos más urgentes. Los tiempos de la polémica ya se fueron y aunque haya cosas que suenan al pasado, lo importante es mirar para adelante, pues no se pueden pasar toda la vida lamentando los errores cometidos por gobiernos anteriores, echándoles, además, la culpa de todo lo que pase.
Si el Gobernador del Estado, piensa otorgarles el beneficio de la duda a todos sus colaboradores, incluyendo a los más cercanos, es, sin duda, su responsabilidad, pero hay que tener en cuenta que también son los propios veracruzanos, quienes conceden lo mismo al propio gobernador, dando el tiempo necesario para que demuestre que tiene voluntad para hacer las cosas.
Ya camina el mes de marzo de manera acelerada y nadie ve movimientos en el gobierno, aún cuando los cien días hayan transcurrido, presumiéndose que las evaluaciones de los hechos y del propio quehacer gubernamental, ya se hicieron.
Gobernar, no es un juego, es una responsabilidad asumida por quienes se sometieron a la decisión del pueblo, el que, democráticamente, eligió a quienes supone que son los mejores para gobernar un Estado, demasiado vapuleado en el pasado.
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LOS PRECIOS DE LAS gasolinas, no han bajado. Primero se dijo que la liberación de los mismos permitiría que los combustibles redujeran considerablemente su costo, pero hasta la fecha no se han dado importantes disminuciones que pudieran ser suficientes para apoyar la economía de las familias y la oportunidad de que pudieran repuntar otras actividades, sobre todo, aquellas que se encuentran íntimamente relacionadas con los gastos que se hacen en materia de transporte, donde los aumentos de los energéticos, les pegan directamente.
Pero ahora, todavía, hay más elementos para pensar que los combustibles deberían ir a la baja, pensando en los estímulos fiscales que se han otorgado en este sentido, pero tampoco ha sido factor para que se redujeran los precios de las gasolinas y al contrario, en muchos de los casos, estos combustibles han ido al alza.
Para los analistas económicos, esta situación era previsible, porque vivimos todavía, todavía dentro de una economía petrolizada, lo que indica que de ninguna manera se puede echar marcha atrás en los costos de las gasolinas, porque entonces, prácticamente, el país se vendría abajo.
El problema de todo esto, es que el mismo Presidente de la República, dijo que los combustibles no subirían de precio y que se mantendrían en los costos que tienen actualmente, aunque, como ya lo hemos comentado, a partir de los estímulos fiscales, en lugar de bajar han subido estos energéticos que son necesarios para no caer en la paralización de las actividades del país, lo que sería caótico, considerando las condiciones económicas de todas las regiones de México.
No se espera, pues, que las gasolinas bajen de precio, porque además, son el motor principal donde descansa, supuestamente, el desarrollo del país y son los ingresos petroleros con los que cuenta la administración federal, para salir adelante, ya que hasta este momento no se han tomado en cuenta otras actividades que pudieran respaldar la economía nacional.
De ahí que el costo de las gasolinas no tienen para cuando bajar, aunque el costo político que tendrán será muy alto, ya que a nadie le gusta que le obliguen a pagar más por lo que consume, más cuando es prioritario evitar una paralización de esta naturaleza.
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AUNQUE NO HAN FALTADO voces que indican la viabilidad de un gobierno de coalición en Veracruz, la verdad de las cosas, es que no sería posible, más viendo y conociendo como son los morenistas que no quieren ver a nadie dentro de su propia administración, lo que se nota, desde luego, en la decisión de correr a todo mundo, haya tenido que ver o no, con gobiernos anteriores.
Nunca, los militantes de este partido, aceptarían la ayuda de los expertos en materia de gobernabilidad, porque estarían perdiendo muchos espacios y eso de ninguna manera sería posible, dadas las condiciones políticas que vive el Estado de Veracruz.
Qué bueno sería que Cuitláhuac García Jiménez, aceptara un gobierno de coalición, porque entonces se estaría dando su propia oportunidad de gobernar con aciertos y grandes resultados que darían mayor respaldo a los proyectos políticos del propio Presidente de la República, quien no piensa en seis años de poder para su partido, sino en ochenta, cuando menos, para no quedarse atrás después del PRI.
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Y EL LUNES aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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