Varias veces me he preguntado qué pasaría en Veracruz si tal como lo sugirió el Presidente López Obrador, gobernadores y alcaldes fueran sometidos también a la revocación del mandato. El tema, tarde o temprano, será una realidad, y me froto las manos por ver cómo sale evaluado Cuitláhuac García. 

Es muy probable que a pesar de no cumplir las expectativas ciudadanas en sus primeros meses de gobierno (y las de Palacio Nacional tampoco), Cuitláhuac García sería ratificado, más no por su desempeño, sino por la popularidad de la que aún goza AMLO en el estado. La gente votaría de nuevo por el de Tabasco, beneficiando al de Veracruz. 

Una y otra vez, aunque continúe cometiendo tumbos, el Gobernador de Veracruz ganaría las consultas ciudadanas de revocación de mandato, siempre (y en todo momento) gracias al carisma de López Obrador.

La preocupación del Presidente por la “caída libre” de su pupilo en Veracruz lo obliga a respaldarlo de manera pública en el estado; de ahí que el equipo de AMLO sugiriera una nueva visita.

“El Gobernador no para de cometer errores y AMLO irá de nuevo al rescate. El Presidente estará dos días allá, viernes y sábado, con la firme idea de decirle a la gente que Cuitláhuac es su extensión en Veracruz”, me escribió una persona en Palacio Nacional, muy cercana al tabasqueño.  

“El problema de Cuitláhuac García no es únicamente dejar mal parado a AMLO en Veracruz hasta el momento, sino que tampoco tiene el carisma para encubrir lo que ha dejado de hacer como mandatario”.

“¿Por qué crees que AMLO hace su tercera visita al estado de Veracruz en poco más de 100 días de gobierno? La respuesta es clara: está preocupado; se ha dado cuenta que no puede delegar el trabajo de Veracruz en Cuitláhuac García, así de fácil; ojalá en algún momento levante”, me escribió, contundentemente. 

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