Karla tuvo la fortuna de sobrevivir, los médicos la intervinieron quirúrgicamente, no así Patricia quien falleció en el lugar y ya no regresará a Puebla donde radicaba desde hace cuatro años.
Junto a Patricia murieron otras 3 mujeres: Felicitas Cabrera Gil, Ana María Santos Hernández e Irma Barrera Álvarez, quien su hijo Marcos Aurelio Davis Barrera, se encuentra muy delicado de salud. Incluso familiares solicitan no sea incluido en la lista de los asesinados, ya que Marcos sigue luchando por su vida.
Irma era prima de César Hernández Barrera a quien asesinaron junto a su pequeño hijo Santiago que acababa de cumplir un año de edad. ¿Qué había hecho Santiago para morir así?
Sin duda la muerte del pequeño debe indignarnos como sociedad, pues es inconcebible que un pequeño muera de una manera tan cruel y sanguinaria.
Felicitas Cabrera también fue recordada en redes sociales como una mujer muy alegre, de sonrisa contagiosa y sus pasos a ritmo de toda música.
También fueron ultimados: Alfredo Meugniot, Juan René López Velázquez, Hebert Reyes Martínez, (dueño de la palapa), Raúl Palacios Vasconcelos, Leobardo Salinas Jiménez, Julio César Vázquez López y Julio César González Reyna, transexual mejor conocido como Becky y a quien señalan como el objetivo principal del comando armado que ingresó a la palapa para asesinar a 14 personas.
Ya las autoridades han mencionado que están haciendo investigaciones al respecto para deslindar responsables y dar con el paradero de los asesinos.
Lo triste de todos estos hechos ocurridos el fin de semana en Mina, es que empezamos a buscar culpables y no se vale que haya quien hasta escribe en los muros de las víctimas que por él o ella mataron a los demás.
Incluso ya se empieza a crear el rumor de que fue un crimen de odio contra la comunidad LGBT.
Es verdad Veracruz se encuentra en el primer lugar nacional en crímenes de odio por orientación sexual e identidad de género, según información proporcionada a medios por la Coalición Mexicana LGBTTI+, incluso el número que se maneja es ocho asesinatos.
Sería triste pensar en que el caso de Minatitlán sea un crimen de odio contra la comunidad LGBT, pero lo que sí es seguro es que sí es un crimen de odio.
Tanto odio que no distingue entre hombres mujeres y niños.
Insisto. Tenemos un país muy polarizado que todos los días se acentúa más, necesitamos inmediatamente que nuestras autoridades manden un mensaje de unidad, sin colores, sin partidos, sin clases sociales, sin distinción de géneros. Urge como nunca restablecer un poco de paz y armonía en los mexicanos.
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