Cuitláhuac García se tambalea en Palacio Nacional y no encuentra la forma de recuperarse. Lleno de inseguridades y malos consejos, el Gobernador de Veracruz alejó a quienes deberían ser sus aliados por herencia y de partido. Está cada vez más solo.
En el tema llamado “Cuitláhuac”, lo que el Presidente maneja en público dista mucho de aquello que se discute en privado. Se me ha confiado que AMLO visitará cuantas veces pueda a Veracruz para intentar levantar, de alguna manera, a un gobernador que es mucho mejor amigo que colaborador.
La Guardia Nacional no es plan estatal, sino federal; la detención de “el pelón”, (presunto autor de la masacre de los 13 en Minatitlán), fue de autoría federal, no estatal; la liberación de un menor secuestrado hace días en la zona sur fue logro federal, aunque insistan en manejar las palabras “operativo conjunto”.
De acuerdo a mis fuentes, la mejora de Veracruz en materia de seguridad llegará a finales del 2019, simple y sencillamente porque no hay cooperación estatal en estrategia y operatividad. “Cuitláhuac García tiene año y medio para responderle al Presidente, si no lo hace, será retirado del Gobierno”, me confían.
“Me encantaría decirte que vemos en Veracruz un gobierno con perspectiva clara, pero no es así. Se trata de una piedra en el zapato para AMLO; la verdad es que Cuitláhuac es el Gobernador emanado de Morena con menor productividad”.
La única buena noticia que da un Gobierno plagado de malas decisiones, como el de Cuitláhuac García, proviene de la Secretaría de Finanzas: HR Ratings aumentó la calificación crediticia de Veracruz, de “HR BB” a “HR BB-“, con perspectiva estable. Esto debería reflejarse, en breve, en la llegada de inversiones al estado.
“Que te quede claro, Alejandro, el apoyo de López Obrador a Cuitláhuac es hacia afuera, no hacia adentro. El Presidente estima a su Gobernador en Veracruz, más no lo avala, hasta el momento, como un colaborador efectivo”, me dijeron.
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