AUNQUE EL Presidente de la República, se ha negado a comentar sobre el asunto relacionado con la ampliación de gobierno, de dos a cinco años, para el nuevo periodo constitucional, en el Estado de Baja California, la verdad de las cosas, es que el mandatario nacional, no está actuando como verdadero Jefe del Estado mexicano, pues aquella entidad, ahora, en serios aprietos constitucionales, también es parte de la federación y por lo tanto, el Presidente se encuentra seriamente involucrado, además de facultado por la misma constitución para actuar directamente, respetando, desde luego, la soberanía de la entidad bajacaliforniana.
Hay además otros detalles que se tienen que analizar al calor de lo que se está produciendo en Baja california. Primero, todo mundo se encuentra en estos momentos opinando legalmente y hasta fuera del marco jurídico para establecer una verdad respecto a la decisión del gobernador electo, de adjudicarse un mayor tiempo para gobernar, sin respetar la constitución de aquella entidad, como la que dicta los principios generales y que se llama Constitución General de la República.
Por otra parte, la fuerza del poder que tiene ahora Andrés Manuel López Obrador, es la que está, de alguna manera, incitando a esta consideración legislativa en el Estado mencionado, porque detrás del gobernador electo, necesariamente está la mano que mece la cuna y que pertenece a ya sabes quién, por lo que fuera de todo contexto legal, el asunto tiene que verse directamente como una cuestión política, donde el mismo Presidente de la República, busca perpetuarse en el poder, tal y como mucho se dijo y se comentó antes de que fuera elegido.
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No hay que perder de vista que lo de Baja California, es una idea de Palacio Nacional, con la finalidad de medirle el agua a los tamales, pues esta es una oportunidad que ni mandada a hacer para que el ejecutivo Federal, comience su proceso para mantenerse en el gobierno federal, después, claro de que concluya constitucionalmente el periodo que le corresponde, pero que puede pedir amplia por el tiempo que quiera con la finalidad de concretar sus proyectos personales y los de su propia organización política.
Pocos han pensado en esta posibilidad, pero es casi seguro que la pretensión de Jaime Bonilla, en Baja California, sea el primero de los avances en este proyecto político nacional que tiene López Obrador. Por eso, no se atreve a comentar nada respecto de lo que está pasando, porque sabe perfectamente bien que es una de las propuestas que emitió desde Palacio Nacional, con la finalidad de probar un poco a los mexicanos, y conocer, desde luego, la serie de reacciones que provocaría esta primera incursión hacia lo que posiblemente muestre para no dejar el poder.
El Presidente ha sido claro en el sentido de que no busca reelegirse, porque en principio la constitución general de la República, se lo impediría, pero la estrategia está bien diseñada, porque en este caso no se trata de una reelección, sino de una ampliación de mandato y eso lo conseguiría, si es que lo lleva a cabo, a través del Poder Legislativo de la Nación.
La primera parte de este proyecto la representa, desde luego, la propuesta de Jaime Bonilla, para perpetuarse en el poder por tres años más, periodo para el cual no fue elegido y por lo tanto, resulta antidemocrático, pero también anticonstitucional, lo que fácilmente puede echarse abajo, toda vez, que no está avalado por el pueblo, quien, finalmente, es el que otorga la autoridad a quien haya sido elegido, es el que contrata a quien deba dirigir los destinos de un Estado, o de una nación.
Hasta ahora, la propia Suprema Corte de Justicia de la nación, no ha aceptado las controversias constitucionales, en virtud de que afirma que aún este proceso no se encuentra concluido, toda vez, que le falta la parte más importante que se refiere a la publicación de esta reforma y al faltarle el requisito de la publicidad, es como si no existiera una ley de esta naturaleza, por lo que el propio Gobernador del Estado, se ha negado a publicarla, con lo que, prácticamente, se detiene este proceso a todas luces fuera de la ley.
El asunto se esta volviendo delicado, porque se trata de un tema donde se advierte, sobre todo, el poder de un gobierno, sobre el mismo poder que tiene la ley.
Es delicado el asunto, porque además, es el principio de un gobierno que a todas luces quiere perpetuarse en el poder, tal y como sucede en otros países, principalmente Venezuela, donde el actual mandatario busca esta posibilidad a través de la Asamblea Nacional constituyente.
López Obrador, busca lo mismo, pero sin los aliados que en determinado momento le puedan ayudar, ya que el poder lo ha obnubilado, de tal manera que piensa que con el solo poder que tiene, basado todavía en su fantasiosa idea de que tiene treinta millones de votos que lo respaldan, es suficiente.
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LA DEMOCRACIA, A PRUEBA.
Los Diputados, por más que se crean auténticos representantes del pueblo, no pueden, así, de la noche a la mañana, atropellar la constitución, sea local o federal.
La democracia, se ha entendido, de alguna manera como la autoridad del pueblo, y ésta no puede ser desdeñada por quien o quienes se autonombre representantes, precisamente, de ese pueblo.
Y lo mismo va para Diputados, como para Presidente municipales, Gobernadores o Presidente de la República, que haciendo valer un poder prestado por el mismo pueblo, quieran hacer lo que se les venga en gana, tan solo porque fueron elegidos por los ciudadanos.
El caso de Baja California, pone a prueba la democracia en México, pues si se hace valer la reforma, se estará pasando por encima del principio democrático que determina que la autoridad emana del pueblo solamente, por lo que podría estar pensando el mismo Presidente, quien ha alentado esta propuesta en Baja California, para ver como reacciona, precisamente, ese pueblo que posee la máxima autoridad.
Por lo pronto, todo parece indicar que no le está yendo bien al Presidente, en esta primera prueba de su proyecto político nacional. La idea, que quede claro, no es la reelección de López Obrador, sino solamente, la ampliación de su mandato.
Bastaría con eso para comenzar un proceso de perpetuación del poder.
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NO SE LE OCURRIO A YUNES.
POR SER MAS CAUTO, QUIZA, el asunto de la ampliación del gobierno en Veracruz, no se le ocurrió al ex Gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, que bien pudo ser una estrategia parecida a lo que ahora hace y quiere el Gobernador electo de Baja California.
Yunes Linares, también fue elegido para dos años de gobierno, dentro de un marco político completamente complicado y que pudo ser una expresión de quien, de la misma manera, codiciaba el poder, costara lo que costara.
Pero esta figura de la ampliación del poder, solo se le ha ocurrido a López Obrador, quien antes de ponerla en práctica para el gobierno federal, primero quiso probar en Baja California, para ver si es cola y pega.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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