Cuando a Javier Duarte se le cuestionó sobre el paradero de los miles de millones de pesos que, asegura la Auditoría Superior de la Federación (ASF), fueron desviados de su destino original durante su gestión como gobernador, se refirió al déficit que el gobierno estatal viene arrastrando.
“Tenemos un estado -hasta donde yo me quedé- con un déficit presupuestal de alrededor de 13 mil millones de pesos anuales. Veracruz gasta 13 mil millones más de lo que ingresa, y me estoy refiriendo a gastos irreductibles. Es lo que se refiere a nómina magisterial, Instituto de Pensiones del Estado, Universidad Veracruzana, y a eso súmale la nómina de Seguridad Pública, y lo que tuve que hacer es tomar dinero de una bolsa para meterlo en otra”.
Por allá del 2015, cuando Javier Duarte aún era gobernador, el senador José Yunes Zorrilla hizo mención a este desajuste financiero:
“Hay un déficit estructural mensual en el estado de cerca de 800 millones de pesos; eso no quiere decir que nadie se robe ese dinero, quiere decir que no hay un equilibrio financiero, hay una presión mensual por ejemplo en el Sistema Pensionario de alrededor de 160 millones de pesos. También hay un desajuste en el tema de los recursos destinados a educación, por modificaciones a las fórmulas que estaban en la Ley de Coordinación Fiscal y si van sumando uno por uno esto va generando una presión mensual de entre 700 y 800 millones de pesos al mes que el gobierno tiene que tomar de alguno de los fondos”.
La explicación es muy simple. Un gobierno se administra bajo las mismas premisas que las finanzas domésticas: Hay un monto que ingresa de forma periódica y los gastos se deben ajustar a esa cifra. Si queremos gastar más, tenemos que generar más recursos… o de lo contrario endeudarnos.
Este déficit (que tienen, en mayor o menor grado, todas las entidades) data al menos desde finales del siglo pasado, justo durante la gestión de Miguel Alemán Velasco. Desde entonces y hasta la fecha la única receta válida era aplicar una drástica reducción del gasto operativo, lo que no sólo no sucedió, sino que –por el contrario- ese rubro se fue a la alza.
Así es como se ha ido construyendo la enorme deuda pública del Estado. Si los ingresos no alcanzan para pagar la obesa burocracia, la salida más fácil es endeudarse.
Las también interminables renegociaciones de esa misma deuda, tienen como único fin que quien la gestiona pague menos, lo que –por supuesto- provoca que los plazos se alarguen el pasivo se incremente.
Para saldar la deuda hay un solo camino: pagar, y nadie quiere hacerlo.
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Epílogo.
En poco más de un mes serán entregadas las nuevas oficinas para juzgados en Pacho Viejo, Misantla, Nogales y Uxpanapa. El Magistrado Presidente del Poder Judicial del Estado, Edel Álvarez Peña, explicó que dos de estas obras son realizadas con recursos del Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FASP) con el apoyo del gobernador Cuitláhuac García, en tanto que las de Nogales y Uxpanapa se ejecutan con la colaboración financiera de los ayuntamientos. *** La iniciativa ciudadana bautizada como “Rescatemos Xalapa” está prendiendo de forma espontánea, a partir de la convicción de los xalapeños de que sus autoridades poco –si no es que nada- están haciendo para resolver los problemas más urgentes de la capital del estado. *** Motor fundamental en la búsqueda de la solidaridad de los habitantes de este municipio, ha sido el entusiasta abogado Cuauhtémoc Velázquez, conocido –y reconocido- xalapeño que invierte tiempo y recursos para conseguir que las iniciativas ciudadanas encuentren eco. ¡Bien!
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