¿Seguro que no hay mal humor social cuando esas mujeres no sólo mostraron su enojo sino su rabia porque por generaciones han sido acosadas, golpeadas, violadas y asesinadas ante la indiferencia de las autoridades que incluso las han robado, violado y matado? ¿Seguro que esas mujeres están felices cuando entre el viernes y domingo se perpetraron veinte feminicidios en el país?
¿Seguro que los mexicanos están muy contentos cuando los asaltan en el alto de un semáforo, en la combi rumbo a su trabajo, o los matan a pleno día para robarles el celular?
¿Está seguro, presidente, que no hay mal humor social cuando su gobierno ha sido incapaz de echar a andar la economía, cuando los recortes presupuestales han sido brutales y cuando estos primeros ocho meses han sido los más violentos en la historia reciente de este país?
En el caso de Veracruz sus habitantes han de estar la mar de felices con el gobernador que les tocó en suerte. Con el secretario de Gobierno importado de Baja California que es conciliador, pero además un dechado de buena educación, decencia y finos modales. Y con el regiomontano secretario de Seguridad Pública que lee con la claridad y soltura del Chavo del 8.
Gracias al denodado desdén, inoperancia e incapacidad de este trío Veracruz logró lo que nunca; ser primer lugar nacional en secuestros y feminicidios por ocho meses consecutivos. Y van por el noveno mes.
Puedes apostar lector a que en Veracruz todo produce alegría; desde el nepotismo del gobernador, las corruptelas del secretario de Salud y la nulidad de muchos diputados locales, hasta la soberbia con que la Contralora Leslie Garibo Puga, se pasa por debajo de su maquillaje facial el artículo constitucional que le mandata a que presente su declaración patrimonial.
Y los empresarios… uta no veas. No dudes que anden hasta sobrados de felicidad porque a diario se cierran en promedio dos empresas en la entidad.
Y ni qué decir de los desempleados sobre todo cuando se enteraron que en el primer semestre de este año Veracruz perdió 8 mil 984 empleos formales. Y que la pobreza creció al grado que ahora la padecen el 61.8 por ciento de sus ocho millones trescientos mil habitantes.
Esos millones de seguro serán aún más felices cuando sepan que el gobierno de Cuitláhuac García tiene un sub ejercicio de 7 mil 978 millones 500 mil pesos disfrazados de ahorro, con el que se podrían hacer cientos de obras, pagar algunos adeudos y reactivar la casi nula actividad económica.
Todo esto más el 96 por ciento en percepción de inseguridad, los ejecutados de todos los días y la incertidumbre de no saber cuándo regresarán la paz y los empleos, han de tener a los veracruzanos felices, felices, felices, muy contentos y alegres. Tanto, que han de estar deseando que el señor presidente se mude a Veracruz, pero sin guaruras, para que viva en carne propia y se solace con tanta pinche felicidad.
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