Cualquiera que sea el motivo por el cual en las marchas celebradas el día de ayer en la celebración de la no violencia contra la mujeres, existiera la violencia en contra de quienes solo reporteaban el suceso o inclusive agredieran a ciudadanos que solo cometieron el error de pasar por esas inmediaciones por donde transcurría la marcha, es completamente condenable.
Y es que más allá de la finalidad de estas actividades y la exigencia de la no violencia en cualquiera de sus manifestaciones para el sexo femenino, con estas agresiones sucedidas ayer queda el tufo de que las infiltradas o infiltrados y sus acciones desvirtúan el fin original con que se realizan están movilizaciones ciudadanas.
Nada justifica la violencia en contra de otros, y menos aún si lo único que se hace es llevar a cabo tu trabajo, además de que es contradictorio exigir no violencia y si otorgarla, inconcebible realmente. Las pintas a monumentos históricos, destrucción de todo lo que se encuentra en el paso, insultos, agresiones a ciudadanos, a reporteros, a las propias autoridades, no es parte de las exigencias, ni si quiera cambia en nada el hecho de que lo hagan, eso solo demuestra la carencia de valores, el desconocimiento del objetivo de la marcha, la ignorancia de muchas mujeres que se mezclan entre las activistas, las ganas de joder y reventar estas prácticas que pueden ser adecuadas pero que una vez que empiezan con todo lo mencionado anteriormente pierden el encanto y se desvían del fin establecido.
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Por ello pienso que ante estos estallidos, reclamos y exigencias sociales, ciertamente las autoridades y los ciudadanos que no estamos inmersos en estas actividades debemos de ser respetuosos y tolerantes por todo lo que conllevan estas marchas, pero de igual manera quienes están inmersas o inmersos en estas protestas tienen la obligación de comportarse de forma adecuada y respetuosa para con quienes realizan su trabajo o simplemente pasan de manera casual por donde ellas o ellos transitan, de otra forma deberán de ser sujetas de la aplicación de la Ley en caso de que se deba de aplicar, cero tolerancia para quienes transgreden o se exceden en lo que en marca nuestra legislación. Hay que recordar la frase Juarista: “Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, seamos prudentes y señalemos a quienes agreden para que sean sancionados, el gobierno tiene la última palabra es su obligación irrestricta la aplicación de la Ley. Correo elect |