Incluso, aunque se había dicho que la intromisión de Ahued en la administración de Cuitláhuac García era casi casi una orden presidencial, todo resultó una falacia, y como se adelantó no fue invitado a la mañanera, ni recibió instrucción alguna.
Don Richi resultó un “equis” que ni fue tomado en cuenta, o simplemente alguien le tomó el pelo para que esto quede como en el anecdotario chocarrero.
Y es que para nadie es un secreto que desde García Jiménez obtuvo el triunfo por el efecto de López Obrador le han “zopiloteado” en Palacio de Gobierno, las renuncias tanto del Ejecutivo estatal, como del encargado de la Política Interna, han sido más cantadas que las mañanitas.
No obstante, nos guste o no, la instrucción es clara, (y esta si es verdad) Cuitláhuac se queda los 6 años, y de paso hasta Cisneros pues ha realizado un trabajo bastante discreto que le ha valido tener orden y coordinación institucional con la Fiscalía, el ORFIS, el OPLE, el Congreso, hasta con la oposición.
Caray, que no nos sorprenda que contra todos los pronósticos en el 2021, el MORENA de García Jiménez junto con sus operadores, terminen dando sendas sorpresas, ya que su principal virtud es el trabajo político es ras de piso, con la gente.
Pero esa es otra historia.
Es cierto, Veracruz vive momentos difíciles, sin embargo tampoco un solo hombre como Ahued, será la solución de tantos problemas añejos como la inseguridad, nadie es Superman, se requiere de una labor sistematizada y colectiva, donde cada hombre y mujer haga lo que le corresponde: su trabajo.
En política los milagros no existen, ni tampoco los hombres impolutos, si no habrá que preguntarle a Pepe Yunes Zorrilla, sobre las traiciones de Ricardo Ahued, que por ambición (como muchos priistas) se convirtió en “moreno” y ahora por la misma codicia, quiere (según sus arranques) disponer de Veracruz.
Ay ajá.
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