Desde el año pasado se plantearon cambios a la Ley del Sistema de Ahorro para el Retiro que contemplan, entre otras cosas, la flexibilización en la inversión en nuevos instrumentos financieros y la posibilidad de que los trabajadores retiren sus ahorros cuando lo deseen. La reforma fue aprobada con cambios en el Senado pero no habría sido ratificada en la Cámara de Diputados.
Pero los verdaderos alcances de lo que pretende hacer el lopezobradorismo en el poder con los ahorros para el retiro de los mexicanos lo adelantó hace unas semanas un oscuro legislador de Morena, Edelmiro Santos, quien a mediados de abril propuso una iniciativa para desaparecer las diez Afores que actualmente manejan las pensiones en México –administradas por empresas privadas- y que en su lugar sea el gobierno, a través del Banco del Bienestar –encargado de regalar el dinero de los programas clientelares-, el que maneje esos recursos.
Queda claro que dicha iniciativa fue planteada así, a través de un diputado ni de medio pelo, para medir su impacto en la opinión pública. Y como éste fue negativo, el coordinador de la bancada de Morena, Mario Delgado, salió a declarar que esa propuesta no estaba en la agenda de su grupo parlamentario y que se trataba solo de un planteamiento hecho “a título personal” por Edelmiro Santos.
Como ya sabemos, en la “4t” nadie se manda solo y hoy es evidente que la intención viene desde la misma Presidencia de la República, cuyo titular afirmó que las Afores se crearon “para perjudicar al pueblo y beneficiar a una minoría. Todas con el sello de las recomendaciones de organismos financieros internacionales. Pura receta de las que enviaban desde el extranjero para que se aplicaran en México y en otros países del mundo. Se ajustó el marco legal para imponer una política antipopular y entreguista. Entonces, todo lo que podamos revertir”.
De acuerdo con el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), en el actual sistema los recursos de las pensiones de los trabajadores están etiquetados a su nombre, cada uno sabe exactamente cuánto es lo que tiene ahorrado y ese dinero, por ley, no puede desaparecer.
Si se retorna al anterior sistema, donde un único ente de naturaleza política administra las pensiones, se corre el riesgo de que se tomen decisiones que impliquen tomar ese dinero para objetivos diferentes a los intereses del trabajador.
O dicho de manera más simple, lo que podría pasar es que el gobierno dilapide esos recursos en campañas electorales, en la compra y coacción del voto o que simple y sencillamente se lo robe. Ejemplos de ello sobran. Para muestra, la “caja chica” que para el gobierno de Veracruz ha representado por décadas el Instituto de Pensiones del Estado.
Y así, mientras el gobierno lopezobradorista se inventa y nos entretiene con “culebrones de cuarta”, se afila las garras para dar otro zarpazo al país.
Como anillo al dedo.
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