Ahora que la “no rifa del no avión” (como se bautizó en redes sociales) dejó de ser el acto principal del espectáculo mediático que se produce desde Palacio Nacional, se habla entonces del juicio a expresidentesde la república, desde Salinas de Gortari hasta Peña Nieto. Antes de explicar por qué esto es un acto más de entretenimiento, distracción y populismo como lo fue el tema del avión presidencial, debo recalcar que yo sí estoy de acuerdo en que rindan cuentas dichos personajes, pues no cabe duda de que las prácticas corruptas fueron el sello de sus administraciones.
No obstante, no existe ningún impedimento para que dicho juicio se lleve a cabo, pues los exmandatarios ya no gozan de ningún tipo de protección legal, es decir, no tienen fuero. Por lo que con el simple hecho de que cualquier persona tuviera pruebas suficientes para solicitar dicho juicio, se podría hacer. Aquí el tema es que el presidente no quiere que quede en sus manos, pues mucho se ha hablado del “pacto de caballeros” que tiene con su antecesor. De ahí que la solicitud que él presentó deba pasar por el Senado y definirse en la Suprema Corte, por lo que cualquier fallo será responsabilidad de esta última y no del presidente.
Ahora bien, además de dicha solicitud, está también en marcha otra vía para que se realice el juicio, y es la consulta popular que organizaron los llamados “servidores de la nación”, que no son más que personas afines a MORENA. De hecho, son los mismos que recolectaron las firmas de la consulta para la cancelación del aeropuerto de Texcoco. El factor que pone en duda la legitimidad de esta consulta es, sin duda, la propia afinidad que tienen dichos servidores con el partido que gobierna, pues no es descabellado pensar que existe un sesgo de criterio cuando se realizan dichos comicios.
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Para muestra, un botón, y es que las consultas que se han hecho para “legitimar” los proyectos del presidente están llenas de polémica, malas prácticas y desconfianza en sus resultados. Como breve recuento, recordemos que la consulta para la cancelación del aeropuerto de Texcoco careció, en primera instancia, de votos y votantes suficientes. En total, votaron solamente un millón 67 mil 859 personas, en tan sólo 538 municipios del país (coincidentemente, ciudades donde AMLO ganó las elecciones), lo que representó menos del uno por ciento del padrón electoral. Además, no podemos olvidar los miles de usuarios que denunciaron a través de las redes sociales que no existió ningún filtro para evitar que la gente votara más de una vez, ya que reportaron que pudieron hacerlo hasta más de cinco veces en un mismo módulo.
Otros ejemplos de que estas consultas no generan confianza son los casos del Tren Maya, Dos Bocas y la Termoeléctrica de Huexca. En esta última, incluso hubo conatos de violencia y quemas de estos módulos, ya que los pobladores estaban totalmente en contra de dicha construcción, aun así, la consulta “avaló” el proyecto.
Por último, la sospecha volvió a inundar la reciente recolección de firmas para el juicio de los expresidentes antes mencionados, y es que en un tiempo estimado de 36 horas se lograron recolectar un millón 200 mil 400 firmas. Según un trabajo del periódico Reforma, menos de dos días atrás el propio Andrés Manuel había reportado la cantidad de 800 mil firmas hasta ese entonces, por lo que, para llegar a la cifra necesaria, se tuvieron que haber recolectado 12 firmas por segundo. Suena posible, aunque poco probable, pero, sobre todo, ¿suena creíble que al pueblo le agarraran las prisas por llegar a la meta? Con el contexto de las consultas anteriormente realizadas, en mi opinión, suena a otra transa más.
Lo preocupante es que estas dichosas consultas sirvan como ensayos para cuando se tenga que llevar a cabo la revocación de mandato del presidente. ¿Serán igual de desconfiables los resultados? ¿’Brotarán’ de un día para otro los votos que el mandatario nacional necesite? Esperemos que no…
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