Hace dudar el grandilocuente informe del doctor, enfundado en su inseparable bata de ¿carnicero?, porque en los hospitales, las clínicas y las farmacias, piensan otra cosa los enfermos, sus familiares y los heroicos doctores y enfermeras que arriesgan y pierden la vida diariamente.
No atinamos a saber qué habrá pensado (¿qué, habrá pensado?) su jefe, el góber Cuitla, ante las ditirámbicas mentiras de su indiscreto colaborador.
Los funcionarios de la 4T jarocha tienen razón cuando dicen que ellos no son iguales a los prianistas, porque éstos decían mentiras en sus informes. En efecto, son diferentes, porque los funcionarios de este gobierno no dicen mentiras a secas como sus anteriores, sino que las dicen monumentales, como el inepto Secretario de Salud. Vaya, lo que dicen que han realizado deja como hechas por niños de párvulos a las exageraciones de los gobernadores y presidentes priistas en sus informes.
Eso de venir a decir, en las vísperas del segundo Informe de Gobierno de Cuitla, que no hay desabasto de medicinas y vacunas en Veracruz, cuando es evidente que faltan en todos los hospitales que dependen de la Sesver, no es cinismo solamente, es un delito que debería ser penado, como su negligencia, que ha traído muertes y complicaciones a muchos pacientes del sector salud.
Yo no sé con qué cara se para el doctor ante los medios de comunicación y suelta que por primera vez en la historia se está trabajando bien en el Estado de Veracruz.
(Bueno, debemos reconocer que no es un dos caras el galeno sureño, si recordamos la anécdota de Gustavo Díaz Ordaz, que entre matanza y matanza de estudiantes le gustaba hacer chistes sobre su persona. Una vez contó que alguien había dicho que era un dos caras, y él contestó. “Ustedes creen que si tuviera dos caras, usaría ésta?”).
Pero de regreso a lo serio, la actuación del galeno Alor como Secretario es una verdadera tragedia, que implica la desgracia para miles de hogares veracruzanos.
¿Cuántos niños y adultos con cáncer, cuántos menesterosos que no tienen para el tratamiento, cuántas parturientas descuidadas, cuánta gente, por Dios, ha sufrido penas con pena y pena en estos once meses por su abulia?
Vergüenza debería darle a don Ramos Alor, y más a quien lo tiene contratado para que diga esas mentirotas, con las que solamente se engañan ellos mismos.
Porque nadie en su sano juicio les cree…
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