El segundo himno es la inmortal canción Veracruz de Agustín Lara, que toda jarocha y todo jarocho han cantado alguna vez lejos de la tierra, y han enjugado alguna lágrima mientras prometen a toda voz que algún día hasta sus playas lejanas tendrán que volver.
Ya más en tono oficial y con estructura de himno propiamente, en los años 60 del siglo pasado hubo un himno a Veracruz que se llegó a cantar por años en escuelas de educación básica del centro del estado.
La letra de ese himno se debió a don Manuel Zorrilla Rivera, un político autodidacta originario e Misantla -en donde fue por años un cacique bueno e ilustrado- que encontró su alma de poeta e hizo muchas obras de acabada factura.
La música la compuso al parecer el profesor Pablo Limón Anell, que fue director de la Normal Rural de Misantla y un hombre muy bien obsesionado por las bellas artes.
“Veracruz es de la patria/ Centinela frente al mar./ En la lucha siempre heroico,/ trabajador en la paz.
“Desde el alto Citlaltépetl,/ a las orillas del mar/ y de la Huasteca fértil/ hasta el Istmo tropical.”
“Todo Veracruz trabaja/ con fe y renovado afán/ por forjar un mundo nuevo/ de justicia y libertad.”
Y el cuarto himno es el que escribió el poeta Francisco Morosini, oriundo de Coatzacoalcos y cuya música compuso el maestro polaco Ryszard Siwy, con altos estudios musicales y que ha vivido por años una vida plena de enseñanzas en nuestro estado.
Ese Himno de Veracruz ganó el concurso convocado por el gobernador Fidel Herrera Beltrán, quien lo impulsó en los tres últimos años de su mandato, e hizo que lo escribieran y lo cantaran en las lenguas originarias que aún se hablan en la entidad.
Bueno, pues de esos cuatro himnos, ninguno se recuerda en ningún acto oficial. Como que los morrenos en el Gobierno estatal están esperando a que se haga un himno a AMLO... ¡y entonces sí!
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